Unos días de descanso y cargo con todos los libros, un poco
de ropa y me desplazo a un sitio más fresco y donde sin duda me trataran como a
una reina. Mi hermana tiene esa costumbre, darme asilo y convertir mi
existencia en el edén de la pequeña. Hace mucho que el tiempo igualó
existencias borrando la diferencia de edad pero da igual, ambas disfrutamos con
ese rol que la familia otorga al nacer y que nada, ninguna vivencia ni intento,
podrá borrar.
El señor de los pájaros, J, está al otro lado del océano
disfrutando de una pasión no compartida y de ésta forma yo recupero esa parte
de mi vida que es la vida de un yo sin pareja y que a veces, sin que sirva para
quitar el sentido de una elegida con él,
echo de menos a pesar del trajín que supone ocuparse de todo en singular y del
mareo que provoca la falta de costumbre. Mis torpezas y despistes se hacen
evidentes pero las contemplo y me río y se lo cuento a él por si fuera
necesario, que no lo es. La importancia.
En este tiempo la gata Una murió. No murió, la sacrifiqué,
mostrando una piedad y amor que no parece posible igualar con congéneres de
nuestra especie y sí con nuestras mascotas. Me pierdo, aún, en estos descabales humanos. En los últimos
tiempos se ponía de frente al infinito mirando al horno, no sabemos la razón
pero quién entiende las motivaciones de un ser moribundo y doliente. Aprendí a
identificar su dolor físico por la expresión de su cara, la posición de su cuerpo.
Quien pueda hablar de la inexpresividad de los gatos no ha vivido nunca con uno.
La gata Una tenía 18 años y su vida mereció la pena más que la de que muchas
personas. Un hecho indecente e
incomprensible si lo piensas detenidamente pero como tantas otras cosas no sé
dónde colocarlo. Desde luego no en la añoranza que siento por ella.
De ahí debe venir la necesidad de leer a Fran de Waals en
este momento, el etólogo holandés que tan buenos ratos me ha hecho pasar. Conocer
e interpretar el comportamiento de los animales es descifrar el nuestro, pero
no sólo eso, es situarnos y reducir la arrogancia y la presunción de una
inteligencia que si soy sincera cada día me parece menos inteligente. Será la
edad, el latiguillo al que achaco todo en los últimos tiempos. El último
abrazo. Las emociones de los animales y lo que nos cuentan de nosotros, no
me defrauda. Me lo paso pipa mientras reconozco rasgos, esos que me acercan a
un primate y a otros animales, y por supuesto a mis pares humanos sin dejar de
sorprenderme al situar registros, por ejemplo el de la sonrisa, y entender de
dónde viene mi yo siempre sonriente . Menos halagüeño de lo que cabría esperar
por mi parte y sin embargo sonrío, otra vez. Y al leer “la risa en grupo
comunica solidaridad y unión, y en eso no se diferencia mucho del aullido
colectivo de lo lobos” no puedo por menos que pensar en las reuniones
familiares y nuestro extraño sentido del humor -como el de cualquier otra
familia, el propio- y reconocer nuestro aullidos.
Este mes de junio se cumplieron 14 años de la muerte de M y
11 de la de S. Escribo cifras pero no puedo entender su significado ni alcance.
De nuevo el verano y sus ritmos. Mi desconcierto y los días
largos.
5 comentarios:
Que el verano te mime mucho.
Va muriendo todo, verdad?
Ayer mira un álbum de fotos que ya tienen años y creo que no lo volveré a mirar más.
Que tengas buenas lecturas y mucha paz.
Besos.
Bien por tu hermana, que te mime mucho y mucho más :))
No conozco la expresividad de un gato pero te aseguro que la de mi perrita ya la quisieran muchos humanos.
Te deseo un hermoso verano y que los libros te reconforten.
Un beso muy grande.
Igual digo, par de dos, buen verano y gozosas lecturas...
Jo y tenéis mar cerca, no sé si odiaros, un poquito, eh?
A disfrutarlo, malajes!
Besos a cada uno pero sin turnos.
Hola, MARGA. La pena por perder a nuestros queridos gatos sólo la pueden comprender los que hemos tenido animales (me resisto a llamarles mascotas) y sonríe, sonríe siempre que puedas. ¿Sabías que los griegos ponían nombre a sus hijos cuando empezaban a sonreír? entonces sí eran considerados "personas".
Que disfrutes de tus vacaciones.
Saludos, Marga!
Borgo.
Borgo, que te me quedabas en el tintero!!
Sí, lo de mascotas suena un poco mal , como si fueran peluches casi, pero lo utilizo en contraposición a esa moda de definirlos como hijos, hermanos... con respecto a su dueño. Tan absurdo y ridículo me resulta! que allá cada cuál pero me horroriza
Me gusta lo de la sonrisa y el nombre, gracias.
Y mis vacaciones disfrutadas! qué tal las tuyas? me paso por tu cueva y veo.
Besosssssss
Publicar un comentario