Hay
un desprecio serio de la historia en ese hacer casas para que se las coma el
carajo, una voluntad de nata y bola, unas ganas definitivas de vivir así nada
más, en plan de cantar y bailar en lo que los cerdos ahorran. En un mundo que
mide la potencia de las culturas en columnas y ladrillos, una que alzaba casas
para que se volvieran tierra bate todos los récords del desdén. Tal vez todos
fuimos así alguna vez, nómadas y felices. Íbamos pasando y alguien nos encadenó
a la historia, nos puso nombre, nos obligó a pagar renta y nos prohibió fumar
adentro. Éramos solo la gente y un día otro nos convirtió en algo: un mexicano,
un coreano, un zulú. Alguien a quien hay que categorizar rapidito para, de
preferencia, exterminarlo, y si no se puede, imponerle una lengua, enseñarle
gramática y ponerle zapatos para luego vendérselos cuando se acostumbre a no
andar descalzo.
Ahora me rindo y eso es todo de Álvaro Enrigue. Editorial
Anagrama
O la historia de los Apaches, su final, y más, también la historia de un
escritor que intenta escribir, de las fronteras de Mexico o el Sur de Estados
Unidos, y de una mujer a ratos. La historia de múltiples desafíos, se me ocurre.
Eres tan orgullosa como un jefe indio, me dice J de vez en
cuando, cuando me pongo estupenda. No es orgullo, es dignidad, le digo. El orgullo
y el amor propio parecieran intercambiables y no. Ni por asomo.
Da igual, en cualquier caso Feliz Navidad, gente. En tiempos
de etiquetas y categorías rapiditas -corre corre que me desdibujo será- me gustaría no ser nada, que si pasaras por aquí y leyeras esto no fueras más que gente.
O un apache -apache sí, si te dejo-si te empeñas pero poco más.
Y nos vemos en las praderas huyendo del hombre blanco.
Felices días y bravos. Salvajes si se dejaran. Gente os
beso.
Ilustración de Jake Parker, su proyecto Inkhole.
5 comentarios:
Yo ser gran Toro Salvaje, Margarita de la Pradera.
Jao.
Yo tener una pradera de poemas locos donde sólo viven los espíritus de las tribus de los sueños y delirios.
Allí el hombre blanco no es bien recibido.
Besos y agua de fuego para aguantar tanta idiotez colectiva.
Yo ser Fulare-azul, y vivo en el lago Kuchi Kuchi, jajajajaja que creo que por allí escaseaban los mares. En cualquier caso te saludo gran India de la pradera del Norte.
Besos cheyenes y guerreros.
¡Feliz Navidad, Marga! O como se diga en cheyenne...
Panda, Feliz Año! a ver si se nota la mayoría de edad en el siglo y nos comienza a madurar... ojalá!
Besos y abrazos
bueno, primera vez por acá y me toca saludar por le fin de año... no está mal tampoco....
Margarita, hermoso nombre que siempre está rondando mi blog, mucho.... saludos!
Publicar un comentario