sábado, 5 de marzo de 2022

Ahi vamos

 Tras Los Mandarines de Gregorio Morán me quedé un poco desfondada, unos días incapaz de seguir el hilo de ningún libro. Disfruté mucho con sus diatribas, me carcajeé, más de una vez y en alto, con su mala baba y acierto y también, más de una vez, me embargó una tristeza profunda y lacerante por todos aquellos que vivieron las consecuencias de un tiempo oscuro y miserable en más de un sentido. Y hablo de los perdedores, cómo no. Me quedo con los capítulos de Max Aub y de Luis Martín Santos, aunque tampoco descartaría ningún capítulo de los que van desde los años 60 a la muerte de Franco, con la carga de surrealismo que suele tener el sinsentido de la política y sus extraños compañeros de viaje, aún más si cabe, al mezclarla con un gobierno ridículo de un país ridículo. Entre los fallos del libro, muchos menos que sus aciertos, la arrogancia de erigirse en juez y parte de un tiempo que no viviste, Gregorio, y esa costumbre, mala costumbre, de mirar la historia por encima del hombro y el presente. Así cualquiera, que diría mi yo de la infancia, con un mohín. Todo conocimiento de las cosas no ayuda a comprenderlas, sino que las convierte en más complejas, dice el autor en algún párrafo. Y ahí me deja.

 Me curo con un libro de cuentos que sigo sin recordar cómo fue a parar a mis manos, El mismo sitio, las mismas cosas de Tim Gautreaux. Tampoco sé quién es Tim, qué escribe ni tengo más datos que las páginas de un libro que, al poco de comenzar a leer, me pide seguir pasando una tras otra. Un cuentista excepcional y del que, ahora lo sé, apenas existen libros traducidos. Dos tardes y vuelvo a estar en racha lectora gracias a él.

Y unos días después compro en La Central -tras incumplir por enésima vez la promesa de ningún libro más en papel o moriremos sepultados por su peso y ocupación y devorados por nuestros gatos; por ponerme dramática, no más- el libro que imagino será mi libro del año o andará cerca, por el descubrimiento de una escritora que era más respetada que leída por mí, y me doy cuenta leyéndolo. Ana María Matute, Antología de vida y literatura de un tal Jorge Cascante, que no conocía, pero al que agradezco el mimo y la admiración con la que lleva a cabo la escritura y la composición de este libro. Retazos de entrevistas, cuentos o extractos de sus novelas, fotografías y el relato de la biografía de la escritora entrelazado a todo ello. Un cuidado trabajo, sin duda. Lo peor, o no, es que creo haber dado con la idea del formato que quiero para -y estos días contaba a I- mi poco probable libro y al que he decidido llamar por ello mi estimado borrador.

Y para no perder el pulso a la narrativa, tras el empeño de biografías y ensayos de tantos meses, leo estos días las páginas del Poeta chileno de Alejandro Zambra. Desenfadada novela, leo. Y sí. De cualquier forma, siempre me perdieron los poetas, tampoco era necesario. Paso páginas no con fruición, pero se deja y bien, más que bien en ocasiones. El ritmo y el léxico de mi idioma a otro lado del Atlántico también son razones. Siempre lo han sido, en contraposición a los escritores actuales de esta tierra más cercana, con la costumbre, mala de nuevo, de tomarse demasiado en serio a sí mismos y aburrir hasta las piedras. Y sin pulso en la escritura, imperdonable. Hay excepciones, por supuesto, pero son pocas. Y no deja de llamarme la atención de encontrar a los mismos escritores mencionados una y otra vez, tanto que he llegado a un descarte natural: si el tiempo invertido al leer sobre un libro es más de lo que podría invertir en leer el propio libro es que ese libro me sobra. Ya, parece un galimatías, pero a mí me sirve. Trucos para afrontar la sobreinformación y la sobre publicación, la sobresobra que me ha dado por llamar. O esta batalla cotidiana de no me des tanto que no necesito porque ya me sobra.

 Y seguimos.

 


  Pegaz, Niepolimice. Pregunta usted si la vida tiene algún balor. El diccionario de ortografía contesta que no. 

Correo literario. Wislawa Szymborska

1 comentario:

Carmela dijo...

Ya tarda ese "mi estimado borrador"
:))

Un beso!