jueves, 23 de abril de 2020

De regazos. Y Feliz día del libro, Feliz San Jordi.

Jorge lleva ya ocho días en casa, tras luchar con los dragones. Durante este tiempo a menudo nos hemos mirado y sonreído en silencio, una sonrisa de bálsamo y reconocimiento donde alojarnos en el otro. También nos abrazamos cada poco tiempo, sin palabras. Quién las necesita. Ya regresarán en un tiempo. A las palabras, a todo lo vivido, hay que darle forma y dejar que su poso se convierta en vivencia moldeable y con cabida en este privilegio que es la vida.

No ha sido necesario su aislamiento dentro de casa, yo ya pasé por el virus aunque en mí apenas fueran diez días de malestar, no fue agradable, os lo aseguro, pero nada comparado con sus padecimientos ni por supuesto con su gravedad. Desconcierta en él, un tipo tan sano, dicen, pero por lo visto en ocasiones esa salud forma parte del problema, una vez que el virus pasa de las vías altas a las bajas (tormenta de citoquinas, se llama) y si estás sanosanote es casi probable que tu sistema inmunológico provoque una reacción para contrarrestar el virus, una reacción de fuerza benigna pero que actúa en tu contra: convirtiéndose en una enfermedad autoinmune capaz de acabar contigo para acabar con el virus. Sólo una de las probabilidades y que se va conociendo según sucede.

Me comenta J que es un virus tan letal y eficiente en toda su simpleza (de momento no se ha observado en él ninguna mutación, demos gracias, todo se complicaría aún más) que resulta poco probable que se haya creado por mano humana, no existe laboratorio ni inteligencia capaz de crear un arma tan certera. Hipótesis.

Ahora sólo los investigadores y los sanitarios son merecedores de mi atención. Fallan, claro que fallan -qué jodíos y arrogantes somos con la que está cayendo- e inmersos en el ensayo y error aquí estamos pero se dejan la piel, unos, y el conocimiento, otros, para tratar de evitar males mayores. No hay precedentes para enfrentarse a este cataclismo y sin embargo ahí están, intentándolo una y otra vez, aprendiendo de errores y buscando afianzar aciertos.

Siempre había creído que existía un proverbio chino que decía: ojalá nunca vivas tiempos interesantes. Me cuenta J que no, que no es proverbio, que se trata de una maldición que rezaba así: ojalá vivas tiempos interesantes.  Y de eso se trata. Los estamos viviendo y a veces puedo alejarme lo suficiente del temor, la paranoia y el dolor para dar alimento a mi curiosidad y que disfrute con el reto. No creáis, no dura demasiado pero si todo esto no nos afectara de la forma que lo hace resultaría apasionante. Sueño con el día en el que podamos revisar lo que sucedió sin este peso sobre nosotros. Pero para eso tendrá que pasar mucho, mucho tiempo. Y curarnos como individuos y como colectivo. Una larga y compleja tarea.

Tiempos extraños, paradójicos y abatidos.

Y una bendición para todos: que este simio incorregible que somos vuelva a sentirse ligero. Y que no nos castiguemos demasiado, seamos compasivos con él, hace lo que puede aunque no siempre nos parezca demasiado.
Y eso intento.

Cuidaros y contadme.

Cruzando temporales
se aprende a planear.
Sobrevolar la vida
para avanzar usando
la violencia del viento.
Igual que las gaviotas.

 Joan Margarit. Premio Cervantes 2020.

4 comentarios:

Carmela dijo...

Marga, me alegra mucho que J. ya esté en casa, y todo vaya mejorando para los dos. Lo bueno, que podeís pasar la cuarentena juntos y achucharos sin necesidad de palabras :))

Sabes, de lo que cuentas, de los fallos que vemos en los que nos cuidan y buscan su remedio, solo te diré, que desde fuera y a toro pasado, es muy fácil hablar.

Sabes, otra cosa, presentía que hoy, día del libro, te dejarías caer por aquí. Y me alegro que así haya sido, y sabe de ti y de J. , claro.

Yo sigo aislada de mi familia, en casa de mi madre, que está bien, a sus solo 83 añitos.
Hoy es el Santo de mis dos Jorges (padre e hijo), pero bueno ya lo celebraremos.

Un beso grande, a seguir cuidándose, y déjate caer de vez en cuando para contarnos como seguís.

Feliz día del Libro

TORO SALVAJE dijo...

Buenas noticias.
Me alegro.
Paciencia.

Besos.

Marga dijo...

Carmela, no podía dejar de escribir en ese día, como me conoces,jeje.

Al menos puedes estar con ella, con tu madre, aunque eches de menos al resto. Son días raros pero me da que lo vives con ánimo dentro de lo posible...

En un ratín paso a ver tus mares que siempre me curan. Y me da que éste año son los únicos que pueda ver, ays.

Un abrazo sin precauciones sanitarias!

Toro, gracias, corazón! un besote enorme y alto

DaliaNegra dijo...

No sabía lo de Jorge ni que tú también lo habías pasado. Me alegra que ya estéis mejor, él y tú.
Un fuerte abrazo, lagartija***