jueves, 30 de agosto de 2018

De Eros y Tanatos

Doy casi por finalizado el verano. Pienso con vértigo -no, no es vértigo, es más bien la sensación física de un descenso brusco y repentino del ánimo- en la perspectiva de volver al trabajo en apenas unos días. Y no creo que se trate del trabajo en sí, debe ser la rutina o la falta de decisión sobre mis actos que implicará la vuelta a un horario laboral. De nuevo.

Extraño verano éste, marcado por la muerte del padre de J. y la consiguiente tristeza. También el caos, el trajín de viajes inconclusos, aeropuertos  descabalados por supuestas amenazas terroristas - hace tiempo que ganaron la partida. Desde el momento en que cualquier error puede convertirse en pánico a las consecuencias y todos desconcertados sin saber qué o quién o porqué- de decisiones desacertadas al ser dictadas más por la impaciencia y la necesidad de no creer en la inevitabilidad de lo que sucedía en la habitación de una UCI que por el sentido común. O el poder de las emociones.

En fin, sí, vuelvo a escribir. Retorno a este rincón de sosiego tras un paréntesis en el que todo tuvo que cambiar para que nada lo hiciera (ya nos advirtió Lampedusa. Lo sé. Lo sabéis).

 O ese volver a nuestros vicios de adictos sin redención, volver a la escritura, a la obligación impuesta de un número de palabras aceptada por consenso con nosotros mismos - conmigo misma. 

Y no sé con qué asiduidad. Aunque todo parezca igual mi tiempo libre ha disminuido en desproporción a mis años, como no cabría esperar.
Pero sigo -seguimos- habitando un mundo loco que no camina al compás de la lógica de una narración de los esperado. sino más bien al tuntún de una naturaleza, la suya, caótica y desordenada.

Bienvenida a tu rincón a éste lado del cuadrilátero. El único de los conocidos donde sentir que nadie que no sea tú misma puede ponerte contra las cuerdas.

Aquí estoy. 



"Pero aquí surge la verdad que más limita la vida: siempre es ahora, siempre es aquí, nunca es entonces y allí." Ian McEwan. Cáscara de nuez.

1 comentario:

Carmela dijo...

Lo primero de lo primero, es que me alegro mucho de poder leerte de nuevo, mi querida Marga!!!!
Más de una vez me asomé de hurtadillas para ver si ya te habías dejado caer porque estaba segura de que antes o después volverías, y así ha sido, de lo cual me alegro mogollón.

Siento lo que cuentas del padre de J

Yo regresé ayer de una semana perdida en una casita junto al mar, una delicia, y mañana comienzo el curro :(
Pero ha sido precioso.
Y es cierto lo que dices, todo tiene que cambiar para que nada lo haga, y está bien.

Me alegro mucho de verte, te lo he dicho? jajaja pues eso y mil besitos.