martes, 15 de diciembre de 2015

"Según sentencia del tiempo"

No sé si escribo o me explico o trato de explicarme pero no, no lo hago, al menos aquí, no en esta pantalla sino en páginas que voy emborronando, volviendo a hábitos de hace… ¿cuánto hace? De eso, de eso hablo ahora, del paso del tiempo, tirando del hilo y se ve que afectada –¿contaminada?- al igual que Gil de Biedma al leer la biografía que sobre el poeta escribe Dalmau. Y le cuento a I -en una de esas cartas que nos navegan desde que él decidió cruzar el mar y alejarse de algunas vidas, la mía incluida-  que lo leo por distraerme, por no enredar con el lastre del tiempo pero que voy de cabeza a la trampa porque precisamente éste era la principal tortura del poeta y va dejando el rastro de su angustia en unos versos que al menos a mí aún me alcanzan. Pero Dalmau que a ratos me exaspera con sus patochadas astrológicas que dudo que casaran con el ánimo del poeta -no le veo yo consultando horóscopos pero vaya usted a saber- y de ahí también mis problemas con el biógrafo  porque practica esa arrogancia de no decirse a sí mismo un “vaya usted a saber” de vez en cuando y pretende recrear el pensamiento del poeta como suyo y entonces pataleo y le digo que no, que no, estás tú listo, por ahí si que no paso. Pero cuando no sucede eso, cuando no tengo que forzar el acuerdo con Dalmau – tú me cuentas, yo te creo, que al fin es el único acuerdo posible cuando uno lee-  la lectura fluye y es mío el padecer, las vueltas de una vida, tantas y tantas caben en cualquiera, no solo en la de un poeta.
Y pasan los días y mis notas en cuadernos, blancos, sin raya y bolígrafos que me va regalando R, para que escribas, dice, como quien da lápices de colores a una mujer revoltosa que solo sabe estar calladita, y tan mona así, cuando los utiliza. Coloreando.

Apenas 40 páginas me quedan del libro y me resisto a terminarlo. Abandonar al poeta, que él me abandone a mí y quedarme sin orillas ahora que termina el año y parece que el tiempo, otra vez, como si fuera posible.

                   No es el mío este tiempo.
                   Y aunque tan mío sea ese latir de pájaros
                   afuera en el jardín,
                   su profusión en hojas pequeñas, removiéndome
                   igual que intimaciones,
                                                       no dice ya lo mismo.


Y sí, qué hacer con el tiempo cuando este empieza ya a no decir lo mismo.




-Imagen deRegnor Asexlsson-  - Titulo y versos de Gil de Biedma-

10 comentarios:

Colombine dijo...

No es el mío tampoco . Buscaré el libro y el poeta . Gracias a usted que abandonó un momento los lápices y nos lo trajo.

El peletero dijo...

Jaime Gil de Biedma es el mejor poeta catalán en lengua castellana, el mejor y un extraordinario poeta; sus poemas no dejan jamás indiferente y a mí siempre consiguen trastornarme, su calidad formal y el uso del idioma es exquisito, y aquello que está escrito en ellos nunca es para embellecer ni para gustar, o eso me parece a mí.

Fue hijo y buen representante, aunque fuera como oveja negra, de su clase social, de esa parte de la burguesía catalana que en casa hablaba en castellano y que conservaba en sus apellidos el “de” español. Esa gente guapa que coqueteaba con el marxismo y que ahora deben votar a Ciudadanos, esa tropa que encontraba encantadora la Barcelona del franquismo pero que al final terminaban enterrados en los panteones familiares de Segovia o Salamanca.

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

No volveré a ser joven. JG de B

Yo todavía espero que ése no sea el único argumento de la obra, pero creo que nunca llegaré a saberlo con certeza.

Besos diferentes

Anónimo dijo...

... "Y sí, qué hacer con el tiempo cuando este empieza ya a no decir lo mismo".

Dios mío, Marga, qué frase genial y brillante... Me he quedado aquí pensando y pensando.

... Otra asignatura pendiente, la poesía de Gil de Biedma...

Se me acumulan las pasiones...

Beso
Hildy

Marga dijo...

Colombine no será que sí lo es pero que no te gusta?? es la pregunta que yo me hago con respecto a mí, no creas, no es por llevarte la contraria, jajaja.
Creo que el libro te gustará aunque Dalmau a veces patine un poco, al menos me da esa sensación. Pero merece la pena el resto y se perdonan sus tontunas.
Besote!

Peletero, no sé, yo creo que a Gil de Biedma (como casi a cualquiera, claro) le sobran las etiquetas. Sé que escribía en castellano pero si se sentía catalán o no es algo que desconozco y que en cualquier caso no parece importar en su vida, bastante tenía con el paso del tiempo, su vida sexual versus familiar y su mala conciencia por ser un privilegiado en tiempos de miseria.
Otro poeta, esta vez Whitman, aseguraba que dentro somos multitud y yo me inclino más por esta etiqueta que delimita menos y que nos define mejor en lo que no somos que en lo que somos o creemos ser o queremos ser o... en fin, esos trasiegos existenciales que yo me traigo, ya sabe, jeje.

Pero sí, fue uno de los mejores poetas en lengua castellana de la segunda mitad del XX, al menos también para mí.
En cuanto al argumento de la obra, ufff, no sé porqué me da a mí que... jajajaja. Y ahí lo dejamos al menos de momento.

Besos en rima libre!


Hildy, el mérito es de Gil de Biedma y sí, es algo que me trae de cabeza en los últimos tiempos... peliculera que soy, a qué sí? jajajaja. Ays el drama va a ser (aunque palabrita que es verdad. Me da que la edad empieza a amontonarse y contra eso no hay fórmulas magistrales).

Jo y a mí, te entiendo perfectamente.

Besos!

El peletero dijo...

Tiene razón Walt Whitman, querida Marga, estamos hechos de multitudes, pero esas multitudes no deben convertirnos en seres anónimos porque poner nombres a las cosas, a las personas y a los pueblos no es poner etiquetas según mi modo de verlo, recuerde que lo que no es diferente es indiferente.

Los catalanes somos, en el buen sentido de la expresión, una verdadera muchedumbre, venimos de todas partes y tenemos todos los orígenes posibles, y más vamos a tener en el futuro. Como mínimo hablamos dos idiomas, somos tan diversos como los yogures en una estantería de supermercado, hay para elegir el sabor que más nos gusta, y también, según mi modo de verlo, se puede ser perfectamente catalán y usar el castellano para escribir y como lengua base en nuestra comunicación diaria igual que se puede ser irlandés y usar el inglés.

O no, naturalmente, también se puede vivir aquí durante más de cincuenta años y sentirse más extraño que un pulpo en un garaje, y no saber decir, o no querer decir, siquiera un sencillo “bon dia”, que los hay, no le quepa la más mínima duda.

He hecho referencia a la clase social de JG de B porque hablamos de una biografía del poeta y no es, en su caso ni en el de nadie, una cuestión menor. Una clase social con orígenes mentales y culturales que hoy diríamos franquistas, pero que en realidad son muy anteriores a Franco o son la causa de Franco y aquella circunstancia que todavía perdura y que en buena medida ha configurado una parte de la españolidad. En el caso del poeta su condición de oveja negra supongo que influyó en su obra, pero no lo sé, el caso es que fue un gran poeta, y al menos a mí, como le decía, siempre me ha interpelado y eso es bueno en poesía y en el arte, que nos hagan preguntas mucho más que nos den respuestas que en realidad nadie conoce.

Besos, querida amiga.

Carmela dijo...

Me encantaría ver esas páginas emborronadas, y mucho, leerte en estado Marga tal cual debe ser una gozada, bendito R.
Hay más orillas....
Un beso grande, hoy tal cual, puro y duro :))

Marga dijo...

Peletero, pues eso, fue un gran poeta. De los buenos, buenos... y el resto son consideraciones -las suyas o las mías- que "vaya usted a saber", cómo le decía a Dalmau mientras leía. La carga que cada cual le quiera poner y para eso está la poesía, para dejarse llevar.

Besos asonantes!

Carmela, pues no sé yo, en esas páginas aparezco bastante más confusa de lo que ya soy por aquí, asi que... jajaja.
Va, las busco! besos orillados, encanto muá!

Reina Letizia dijo...

Yo intento explicarme y me explico también mal.

Besos de Reina

TORO SALVAJE dijo...

No conocía el poema.
Me ha gustado mucho.
Que raro... que me vaya de aquí con algo bueno...

Besos.

Marga dijo...

Letizia, gracias, reina.

Toro, ya ves... hombre de poca fe. Si es que...
Besos y versos,