viernes, 3 de julio de 2015

Tralará, vamos cogiendo el portante


En lo que he vivido he visto tantas mudanzas, que no sé vivir. Teresa de Jesús. Sentir la misma emoción que Ferlosio al leer estas palabras, sentir el mismo extrañamiento del mundo y de la vida de la que habla en su libro "Campo de retamas". Saber, reconocer, que ellos dos antes que yo y también. Y no sé si serán los años recién cumplidos pero ese pasmo me acompaña más de lo habitual en los últimos días.

Paso las tardes leyendo, tirada, aprovechando las horas de más calor por no hacer ni gestos y contener la humedad del cuerpo antes de caer convertida en un charco si me moviera. Mientras, la gata Una me observa desde su atalaya al lado del aire acondicionado, resoplando y feliz de saber que estoy ahí y sin prisas. A veces leo en voz alta y es entonces cuando levanta las orejas y ronronea, como si mi discurso fuera dirigido a ella, felino el entendimiento Le cuento el final de "Adiós a Berlín de C. Isherwood".  No, ni siquiera ahora puedo creer del todo que estas cosas hayan sucedido realmente. Y ahí hago una pausa, dramática, para cerrar el libro y dejarme embargar por esa sensación de desconcierto que siempre me llega al tratar de entender cómo pudo crearse el horror nazi y de forma tan casual, tan de andar por casa en zapatillas llegó el espanto.
En un rato me pasaré a un fantasma más amable, el que despide el libro de Marcos Ordoñez en su "Comedia con fantasma". Ordoñez cuenta con muy buena mano una historia que habla de la magia del teatro, de sus actores y artífices, de un tiempo que está a la vuelta de la esquina y sin embargo pareciera que tan lejano. Es un homenaje hecho desde el amor a una profesión y ese hecho traspasa cada página. Un libro narrado con un tono de novela de aventuras que hace volar las páginas. Y se cierra con una sonrisa.
Continúo con novelas gráficas, aprovechando el tirón de la Feria del comic de Barcelona y sus novedades. "Escultor de Scott McCloud", un final con el que lloro a moco tendido, y que me incita a pensar sobre la ambición y la pulsión creativa. Una maravilla. Y para calmar el llanto paso a lo último de Max, "Oh, diabólica ficción", reir con las vueltas del proceso creativo y las tiranías de las musas. Del drama a la comedia, así juego, así pasamos las tardes mi gata Una y yo, un sí pero no gatuno y humano a la par.
Para terminar algunos cuentos de la Moore en "Gracias por la compañía". No me parece un libro tan redondo como otros que he leído de ella, aquí los cuentos son más irregulares aunque un par de ellos si tienen la genialidad que caracteriza su escritura, ese desempolvar costumbres cotidianas y mostrar al ser humano en todo lo que tiene de ridículo –mucho- y de indefenso –aún más.  Prefería parecer loco y asustado a aparentar los 56 años que tenía. Y yo por fin entiendo la cultura del botox, ya puedo llegar a ser comprensiva con una pulsión que me resultaba marciana.

Como marcianos comienzan a parecerme los días, noto el cosquilleo de impaciencia que traen de la mano -y los dos brazos- los diás ociosos y al sol, que lleguen y vengan. Respirar y dejar de lado todo lo feo, mientras escapamos, una tregua y correr y luego no querer volver. Tan absurdo el trasiego, el tira y afloja que nos traemos pero a ver quién es el listo que lo para.

Yo desde luego no me veo capaz. Levantar barricadas pequeñas y sin empedrado, como mucho, y por épocas. Y eso toca.


Cuidadme las plantas, eso sí. 





5 comentarios:

Carmela dijo...

Y ya te vas?...que fresca, no?
Jo envidia cochina. a mí me queda un largo mes, pero luego me pasará lo mismo. Ese cosquilleo impaciente...vale, te cuido las plantas...y tú disfruta.

De los libros ni te comento, no puedo apuntar más de momento :)

El peletero dijo...

Hace años no me perdía ninguna crítica de teatro de Marcos Ordoñez, ahora, no sé por qué he dejado de leerlas.

Un regalo:

http://www.maxbardin.com/

Con acceso a su blog que sigo muy a menudo aunque no comente nada.

A Max algún día alguien tendrá que hacerle un monumento, es de lo mejor en dibujo que ha dado este país.Un gran artista.

Felices vacaciones, no le doy ningún beso para que no les suba todavía más la temperatura, pero lo guardo para cuando llegue el otoño.

Marga dijo...

Carmela, en unos días pero como ando escasa de tiempo y sé que no podré despedirme pues... para que luego no me llaméis ingrata, jeje.

Besos, corazón!!

Peletero, gracias por el enlace! no lo conocía y me ha encantado.

Besos guardados, ajá.

Anónimo dijo...

¡Buen verano, querida Marga! Me has hecho viajar por tus propuestas literarias... y esos calores que nos tienen apoltronados en las sombras... si es que las encontramos.

Beso bajo una ducha de agua helada
Hildy

Licantropunk dijo...

¡Felices vacaciones! Leo que disfrutas de Max, mi padre. Pues a ese tomo aún no le he echado un vistazo. ¡Cría cuervos, Azarías!
Saludos.