miércoles, 13 de mayo de 2015

Como quien traza mapas juntando su territorio, 1

Nace V, morena y con el genio en sus demandas, similar al resto de las mujeres de esta familia. Somos una más, por fín, sólo niños durante 25 años, desde el nacimiento de H, menos morena pero con el mismo carácter. Y yo, que ya soy mayor, me afano en arrebujar bajo mi chal a todas estas mujeres con las que comparto ácidos mendelianos y garbos y las contemplo como quien espera en el puerto: verlas llegar a la orilla, contar e irse luego con avidez de navíos.

Y mientras sólo deseo que este corazón, recién llegado y a estrenar,  arrastre las soledades justas y que no dejen huella en ella la tristeza del moho y los resentimientos, que sea inmune a ellos. No he encontrado hasta ahora mejor método que estos tres parámetros para calibrar cuánto de vida hay en eso que llamamos nuestra vida, aunque a veces tenga poco o casi nada de ella. Complicado valorar naturalezas.

Y que tenga el don de inventarse o conseguir mundos cuando el que toque no le convenza. También el único remedio que he llegado a entender como efectivo.

- Pero sigo sin entender, alcanzar siquiera, el sentido de la maternidad. Cosas mías y de la existencia. Sí, ya me vale.-




6 comentarios:

El peletero dijo...

Siempre me ha parecido una paradoja que la condición de padre y de madre sea electiva (diferente es que muchos padres lo acaben siendo como quien no quiere la cosa, sin darse cuenta o por simple mimetismo), pero la de hijo no.

En cualquier caso que sean bienvenidos los recién llegados, nosotros somos tan importantes para ellos como ellos lo son para nosotros.

Besos recíprocos.

Carmela dijo...

Me gustan tus tres parámetros para calibrar cuanto de vida hay en la vida, y sobre todo me gusta el don de inventarse o conseguir mundos diferentes. El sentido de la maternidad...pues fíjare que ni yo misma lo tengo claro.
Me alegro por la llegada de V a tus orillas.
Besos marineros

Magnolio dijo...


"Y que tenga el don de inventarse o conseguir mundos cuando el que toque no le convenza. También el único remedio que he llegado a entender como efectivo".

Te la copio enterita y la rezo varias veces seguida. Lástima que esta mala memoria la olvide arrasada por algún tornado emocional: a destacar los de esa índole llamada "maternal".

Porque no, no es cosa sólo tuya - ya soy la tercera que comento lo mismo - pretender alcanzar el sentido de la existencia en toda su complejidad: en este caso el de ser madre: con hijos o sin ellos.

Lo que está claro es que V ha nacido con el regalo de tenerte en su vida. Lo otro, lo de "conseguir mundos" se lo va a tener que currar.


Besos materno-filiales!!!

Marga dijo...

Peletero, eso, que sean bienvenidos!

La felicidad del reencuentro con ellos siempre merecerá la pena.

Besos!

Carmela, a lo mejor sentido no era la palabra, necesidad quizás? jajaja desnaturalizada que es una pero nada, oye, no hay forma de echarlo de menos. Y mira que me gustan los niños... quizás ese sea el problema, los adultos me gustan mucho menos! jajajaja.
En cualquier caso estoy feliz con el pimpollo moreno. Lo estamos todos.
Besos y ponientes.

Magnolio, esos tornados!! ufff pero sí, con hijos o sin ellos no llegaremos a captar la complejidad de la existencia de cada cual. Ni la propia, qué narices! jajajaja.

Ya ves, no me gusta ejercer de madre pero sí de hada madrina, torpe seguramente y sin muchos dones, pero el intento al menos, jeje. Así que ojalá lo de los mundos.

Besos encantados!!

Licantropunk dijo...

¡Muchas felicidades! ¡Una V nada menos! ¿Será de Victoria, como la de John Huston? ¿Será de Vendetta, como la de Alan Moore? Será genial, sin duda.
Saludos.

Marga dijo...

Muchas gracias, Licantropunk... loquitos estamos con la morena, más tontos...

V de Vega... personalmente es un nombre que me encanta pero esperemos que le guste a ella al crecer, jajaja.