viernes, 27 de febrero de 2015

Seguimos con la aguja y el mareo (II)

Birmand de Iñarritu. Si no habéis oído ya de todo sobre ella es que andáis metidos en una cueva y esto os resultará indiferente. De cualquier forma no contaré mucho más: salí de la sala con una sonrisa de oreja a oreja. Sonrisa de satisfacción por un final que me pareció el único posible y por una historia que había disfrutado desde que empezó el metraje.

Zadie Smith, Sobre la belleza, primera escritora del año.  Una trama situada en el mundo universitario que tanto gusta a los anglosajones entrecruzada con historias familiares y que nos ofrece la posibilidad de reflexionar sobre una disfunción eterna en el ser humano: frente a los planteamientos artísticos, políticos y filosóficos que pudieran parecer tan complejos –pero nunca tanto- la complejidad-esta sí  y real- de vivir y sentir. Dame teoría pero nunca práctica. En fin, una nueva autora que me gana para la causa: la de su escritura.

Un mes en el que van apareciendo mis libros, pobres, tras un par de años abandonados en garajes y trasteros. Como pequeños y cotidianos hallazgos voy reencontrándome con ellos y algunos ni siquiera recordaba que estuvieran. Extinción de Bernhard, ¿de dónde? Junio de 2008, una dedicatoria y Cuesta de Moyano, todo en la portada pero no consigo traer a la memoria ese día.  Pasa a engrosar el montón de pendientes, así no habrá forma. También descubrimos libros repetidos, de a dos como nosotros. Amistad de juventud de la Munro que va directo a I., le gusta la Munro tanto como a mí y el título se adecua a nosotros, le digo al entregárselo. De ella, nuestra amistad, ya han salido conejos de la chistera, sanos y de pelaje blanco o tuertos y estrábicos, según tocara hasta encanecer ahora. Desde aquellos tiempos de facultad y juventud, jóvenes ya no, en absoluto, pero amigos y oráculos -hoy ejerces tú, otro día yo- lo que nos queda.

Me cuentan de Piquemal, un ciclista de los años sesenta, ciclotímico y que a veces se olvidaba de terminar la carrera. Algo así me resultan estos recordatorios.

La continuación de unos días y ahí la carrera.




12 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Ay esa memoria... ya empieza a fallar.

Te llamas Marga, y me debes cincuenta mil euros que me has de pagar este mes sin falta.

Vale?

Besos en cash.

Carmela dijo...

Apunto tus sugerencias.
Un beso grande, Marga.

Anónimo dijo...

Hola Margan...Cuando has nombrado a la escritora Zadie Smith me ha venido a la memoria una frase de su novela "NW LONDON".- La nostalgia es una fuerza que todo lo distorsiona- y es que...no hay nada como volver a nuestras antiguas lecturas para recordar los buenos ratos que hemos pasado con un libro en las manos o NO. Como sé que eres muy Cortaziana he revivido tus conejitos blancos y suaves salidos de la chistera con los conejitos que poco a poco eructaba como en un "parto" un personaje de un pequeño relato de Cortaza (No recuerdo cual, venia en un volumen titulado "La isla al medidia" Me alegra que hayas mencionado a Munro y a Zadie, dos grandes escritoras con estilos dispares y temáticas diferentes, pero muy efectivos. ¿Has leido a Cartarescu? El ruletista no te dejará indiferente y se puede releer tantas veces como quieras porque siempre encontrarás diferentes interpretaciones en su meticulosa escritura. Dime algo...

El peletero dijo...

Yo ando metido en una cueva pero no me es indiferente, ni del todo ni de algo. Algún día, cuando salga de la cueva, me habrán salido alas de murciélago o pezuñas de carnero. Tendré que ir a verla para entender en qué consiste lo que el eslogan anuncia como la inesperada virtud de la ignorancia porque las películas hay que verlas igual que los libros leerlos y como ellas hay que olvidarlos también en garajes y trasteros aunque sea solamente por un corto espacio de tiempo, el que puede durar una media vida de longitud convencional, es bueno para ellos y para nosotros que sin haberlo leído todo ni siquiera una mínima parte de algo tenemos la enfermiza sensación de que casi todo es viejo aunque un poco menos viejo que nosotros, ahí está lo malo y de ahí salen las alas y las pezuñas . Si fuera al revés no habría problema y no se nos olvidaría terminar la carrera, ¿no le parece?

Boris Estebitan dijo...

Y con los libros que leemos vamos recordando, genial escrito, saludos desde El Blog de Boris Estebitan.

Licantropunk dijo...

Del final de "Birdman" me gustan los ojos de Emma Stone. Bueno, me gustaron durante toda la película...
Saludos.

Marga dijo...

Nanay, no cuela. Estoy mal pero no tanto, listillo.

Besos, Búfalo muá.

Carmela, dónde te metes? que te ando echando de menos, malaje! reaparece, chasss.
El libro te va a gustar, me da.
Un beso.

Anónimo, buscaré más adelante ese libro que mencionas de Zadie. De momento este me ha dejado bastante satisfecha con su forma de hacer y contar. Y sí, la nostalgia es eso y más, una fuerza un tanto oscura me parece a veces. En su nombre nos contamos y contamos enormes mentiras, justificaciones más bien.
Jajaja me encantaba ese cuento de Cortázar, ese y la mayor parte para serte sincera. Algunos me los sabía casi de memoria, ays, la adolescencia y sus pasiones obsesivas. Terminé por comprarme una recopilación de todos sus cuentos en una edición de Alfaguara, creo recordar, en tres o cuatro tomos. Cada cual tiene sus tótems mientras crece, pasa algo? jajajaja

Y de Cartarescu he oído hablar pero todavía no me he puesto con él. Lo que he leído acerca de su literatura me llama la atención.

No es espantoso el poco tiempo y lo mucho pendiente? Para terrores nocturnos sólo hay que pensar en esto, jeje.

Has leído El Jilguero de Donna Tartt? Lo empecé ayer tarde y promete, mucho, pero ufff, me voy a tirar un largo tiempo con él, pertenece a la categoria de libro-cojín por su formato, no hay forma de leerlo sin contracturas e imposible sacarlo de paseo.


Marga dijo...

Peletero, las alas y las pezuñas pueden ser buenos complementos. No me parece que estén tan mal. En cuanto a las cuevas... son necesarias a veces. Yo ando es una etapa contraria pero echo de menos mi yo encerrado y misántropo, a veces.

Tiendo a olvidarme de la carrera por despiste o por propia voluntad, nada de lo que leo o veo me provoca esa enfermiza sensación que cuenta, es más, me sucede casi al contrario. Con el paso de los años he aprendido a ser muy selectiva y en los últimos tiempos hay pocas lecturas o películas que no me sorprendan o aporten un enfoque nuevo. Asi que cada vez es mayor la sensación de conocer muy poco y lo que queda.
Está resultando que desaprender es mucho más interesante que aprender y en ninguna guía pedagógica nos lo contaban, jajaja.

Un beso sin espring (se escribe así?)

Boris, muchas gracias y un saludo.

Licantropunk, claro, pues no eres listo ni ná, jajaja.
Sé que Birdman te gustó lo justo y para serte sincera mi pelí favorita era la de Boyhood pero esta no me disgustó en absoluto y la disfruté de lo lindo.
Saludos!

Carmela dijo...

El libro me está encantado, jajaja, ya lo tengo casi acabado.
Bueno, señora, desde mañana ya volveré a tener ordenador, estoy solo con una tablet y solo me sirve para leer y comentar, pero poco más. Tambien he estado de hospitales y males, negros nubarrones que gracias a dioss comienzan a despejarse, así.....que en nadita de tiempo te mando "olas de blanca espuma"
Un besote

Marga dijo...

Carmela, intuía que te iba a gustar! Me alegro, jajaja.

Todo mejor? esos malditos nubarrones, son lo peor, pero me encanta leer que se van despejando asi que ahora, para resarcir... qué tal una de luz, de esas de las tuyas?? jeje.
Achuchón te va.

Magnolio dijo...


Esas líneas:"frente a los planteamientos artísticos, políticos y filosóficos que pudieran parecer tan complejos –pero nunca tanto- la complejidad-esta sí y real- de vivir y sentir" me han noqueado por la coincidencia: no sé cuánto tiempo esa idea me tiene atascada, más aún después del bellezón "Una soledad demasiado ruidosa" de Bohumil Hrabal que tampoco fue bastante para atarle a la vida. Y ya sé, ya sé, pero sigo sin entender.

Besos reales.

Marga dijo...

Magnolio, es una idea que tendemos a olvidar. También nos gusta olvidar que atarnos a la vida no es tan fácil para algunos, o no tan fácil como otros piensan.

Me apunto el libro y al autor. Otro más, ufff.

Besos reales y achuchables, corazón mío!