jueves, 18 de diciembre de 2014

Lo inexplicado no es igual a inexplicable.

La última de Allen, el director de una al año y esta vez pulsa la tecla del disfrute a gogó. Hablan de divertimento y película menor pero a mí me resulta una cinta que recuerda a las comedias en blanco y negro aunque la Costa Azul aparezca más azul y pintura de cera que nunca. Malentendidos y romanticismo de aquel de antes del cinismo que vino a quedarse para siempre y hace ya tanto. Y me cuesta poco enamorarme del galán gruñón y narcisista o enamorarme de ella, rebuscadamente ingenua y todo mirada.  La magia de las imágenes y las historias.

Y ahí estará el quiz, la magia. La necesidad de creer en ella, en el misterio y la posibilidad de,  la confusión entre ilusionismo e ilusión -misma raíz y conceptos dispares-, desenmascarar al charlatán, hacer prevalecer el escepticismo y el pensamiento racional sobre el engaño y la superchería. Y sin desvelar el final, Allen deja una rendija abierta a la magia, a lo inexplicable y sin sentido, y qué mejor representarlo con eso que nombramos amor pero que nunca fuimos capaces de definir.




Al terminar la película lo comentamos, el protagonista masculino parece un trasunto de Houdini, el gran mago y escapista de principios del siglo pasado. Al igual que el personaje, Houdini  también se dedicó a desenmascarar espirististas y mediums que estafaban con facilidad a los incautos que no eran pocos (hace poco tiempo hubo un programa por televisión que se basaba en el mismo fraude. Se ve que no hemos avanzado tanto como nos gustaría creer a algunos.) Y como  el protagonista, Houdini era un tipo arrogante y ególatra, muy convencido de su superioridad intelectual, como muestran muchos de sus artículos, aunque con semejantes adversarios no dejaba de ser comprensible. Uno de estos adversarios, por extraño que parezca, fue Conan Doyle, autor de Sherlock Homes. El escritor fue un espiritista convencido y aseguraba que Houdini tenía poderes aunque el mago, como es natural, negara este hecho. En un principio amigos con el paso del tiempo su amistad y admiración mutua se fue al traste debido a las discrepancias sobre el tema. La verdad es que Doyle era un ingenuo de cuidado, cuando Agata Christie, tambien su amiga, fue dada por desaparecida durante unos días el escritor realizó pesquisas a través de una medium para localizarla. Y no tenía reparo en creer en la existencia de las hadas. La verdad es que a mí tambien me hubiera costado poco dejar de respetar a semejante pazguato, perdón, amigo, quería decir.


Todo esto me recuerda que han estrenado en la 2 un programa de divulgación científica - ¡albricias, no doy crédito!-.  Se llama Órbita Laika y no está nada mal. Requiere de algunos ajustes pero lleva sólo dos emisiones y seguro que acabarán por realizarlos. De momento es divertido y las explicaciones se ajustan a todos los públicos. No deja de ser una buena noticia, dado el nivel -inexistente- de la educación en ciencias y sus métodos en nuestro entorno. Las ventajas de un pensamiento científico, o su intento, pueden ser muchas. Aplicar rigor a nuestras reflexiones es un aprendizaje y una vez conseguido se convierte en algo mucho más sencillo el aplicarlo también al análisis de nuestras relaciones, decisiones o planteamientos vitales. No digo que vaya a ser la panacea, el ser humano es cómodo y poco consistente por naturaleza, pero parece mucho más fácil tratar con seres reflexivos y formados en la búsqueda de la coherencia -o su intento, repito, pero algo es algo- que en lo contrario. Digo yo, por decir algo, que mira que me gusta decir.


10 comentarios:

Colombine dijo...

Yo quiero ir , quiero ir !!!!! y después de leerte todavía más . Quiero aprender todos los trucos y hacer desaparecer a más de uno

El peletero dijo...

En los últimos años Woody Allen se me ha ido desdibujando, aunque Blue Jazmine es un pedazo de buen cine.

Habrá que ir a verla, pero miedo me dan esas películas que hace por encargo para publicitar una región o ciudad. No sé si este es el caso.

Bienvenida en cualquier caso la ilusión y el ilusionismo con ilusión y viceversa, el blanco y negro en colores y la pintura a la cera y las historias de amor dulzonas y las tracas finales con misterio o sin él, o viceversa.

Felicidades por la defensa que hace al final del pensamiento científico, no puedo añadir nada más ni nada mejor a lo que usted dice, pero también manifestarle mi más absoluta incredulidad sobre los efectos que pueda tener en las personas que no distinguen la diferencia que hay entre creer en algo o saber algo. Ya sabe usted que hoy vivimos un mundo en el que, precisamente, las opiniones son sagradas, se discuten los hechos, pero no las opiniones que hay que respetar, dicen, aunque te digan que la tierra es plana. Incluso, en estos ambientes, se afirma que la ciencia es autoritaria y consideran un defecto que no tenga un saber inamovible y definitivo como sí lo tienen todas esas creencias de ilusionistas y vendedores de elixires milagrosos.

Besos nada milagrosos pero con ilusión y buena voluntad.

Anónimo dijo...

Cómo me ha gustado leerte, querida Marga, de la magia de Woody Allen , de la ilusión y el amor... a Houdini, Conan Doyle y Agatha Christie... y sobrevolando a que no viene nada mal la divulgación científica y que se puede hacer bien y que resulta atractiva e interesante... ¡en la televisión! ¡Hay otra televisión posible...! ¡Puede construirse un abanico de posibilidades!

Mira que me voy a quedar pensando un rato ante tu texto.

Luego saldré que es viernes... y me fijaré si en algún resquicio de oscuridad puedo ver un cielo estrellado..., ahí creo que prefiero pensar más como la protagonista de Woody y no como su enamorado, ese mago desencantado y gruñón (pero con mucho encanto y elegancia) que siente la pequeñez del ser humano ante el universo (y eso acojona). Me siento mejor si me deleito en que simplemente es hermoso un cielo estrellado...

Beso
Hildy

Licantropunk dijo...

Excelente texto, Marga, tomo nota de ese programa de televisión. Grande Woody Allen, la película que comentas no la he visto, pero me la imagino y casi seguro que me gusta. El personaje del mago, del ilusionista, del que manipula lo irreal, en el cine de Woody Allen es uno de los característicos. "Scoop", "La maldición del escorpión de Jade", "Sombras y niebla", "Conocerás al hombre de tus sueños",o, cómo no, la magia en "Midnight in Paris".
Al final, como dices, la magia de las imágenes y las historias: el mago Allen.
Saludos.

Marga dijo...

Colombine, si fuera posible, si dieran cursos para eso... la de intensivos que hubiera yo hecho!! jajajaja.

Un abrazo te va.

Peletero, no, no es el caso, a mí tampoco me gustan esas películas turísticofestivas. Aunque el peor Allen sigue siendo Allen, eso sí.

Y ya sabe lo que pienso sobre esa estupidez supina de que todas las opiniones son igual de válidas. La mal entendida tolerancia que extiende la ignorancia y el criterio sin fundamento... los gustos son respetables, las opiniones no, por supuesto. Pero es que analizar los hechos conlleva tiempo y esfuerzo y eso cansa asi que las recetas milagrosas convencen más y dan menos quebraderos de cabeza.

Besos ilusionados que no ilusos.

Hildy, pues nada, piensa y disfruta que para eso estamos, jeje.

Yo también contemplo el cielo a la menor ocasión y lo mejor es:
1º mirarlo y sentirse acojonado por la inmensidad.
2º abrazarse a alguien y relajarse mirando el brillo de las estrellas y su belleza.

Esa mezcla de horror y belleza que posee el Universo y por ende la propia vida, no crees? pensar en lo primero consigue hacer más patente lo segundo. (así de revienta globos soy yo, lo sé, ays, jajajaja)

Un beso y un cometa.

Licantropunk, me da que la vas a disfrutar de lo lindo o poco conozco tus gustos, jeje.

Sí, los magos son habituales en muchas de sus pelis, ajá pero este me ha gustado especialmente por lo que contaba, porque me recordó mucho a Houdini, un tipo de mago que me fascina como pocos.

Saludos y magia!


Carmela dijo...

Que no desaparezca de nuestras vidas la magia y el ilusionéis o, querida Marga. Magia y rigor científico, aunque parezcan el día y la noche, para mí van de la mano, uno alimenta al otro...y no, no desvarío, aunque lo pueda parecer, pero creo que puedes entenderme, o no?, jajaja bueno, no importa, tú a lo tuyo y sigue con estas entradas que tanto me gustan.
Beso mágicos.

Marga dijo...

Carmela, parecen el día y la noche pero claro que no lo son, si es lo que consigue desconcertarme: quién necesita magia irreal cuando la ciencia nos la da a paletadas??

Esa es otra magia, mi incomprensión hacia las cosas raritas que hacemos los humanos, jajaja. Si será por magias...

Besos y chisteras!

TORO SALVAJE dijo...

No la he visto aún... ya veré si voy. Es que últimamente me ha defraudado tanto... además si te ha gustado eso también juega en contra.

:P

Besos.

Marga dijo...

Lástima de pedorrestas que no reproduce el ordenador...

Yo también te quiero. Besosssss

Manuel Adlert Arcos dijo...

A mi también me pareció una gran película. Woody Allen creo que es mayor genio vivo del cine, yo he visto todas sus películas, y no son pocas, con todas he disfrutado, unas me han gustado mas que otras, pero se nota la genialidad. Con los años no se nota ninguna decadencia, siempre espero con ansiedad el estreno y confío en que le queden muchas ...... recuerdo aquel personaje suyo que ciego seguía rodando ....