lunes, 9 de junio de 2014

Donde se habla del verano y su medida

Y ahora puedo hablar, contaros, el peso del botín. Ahora, mientras mi país se enmierda un poco más, como es su costumbre en los últimos tiempos, casi sin despeinarse ni llevar la mano al flequillo, lleno de grasa y resbaladizo, donde ahora, ahora sí, te digo, se deslizan como piojos los símbolos al volverse imposiciones . Se tambalean las excusas y el discurso oficial o mediático hace encajes de bolillos. Todos vestidos de lagarteranas caminito de la coronación.

Pero me he prometido que no, que hablaremos de botines, de otro tipo, de los míos y así esconder los fangos y solazarnos con el placebo. Que a veces pareciera, soy consciente.

Acojamos el tiempo 
tal como él nos quiere.
Shakespeare (cita que abre el libro de Zweig)

Una vez terminado Bernhard, toqueteo los libros cambiando su lugar en las estanterías, busco y tanteo algo que leer y que pueda con él, que consiga llegar a la altura y si no, al menos, llevarme a intentarlo y desearlo. Afortunadamente llega la Feria y el paseo, como ya desvelaran nuestros antepasados griegos, allana el bloqueo.

La cámara Sangrienta de Ángela Carter.- Versiones de cuentos tradicionales, La Bella y la Bestia, Barba Azul, Caperucita… qué pasa si las mujeres vencen o no se asustan o deciden o cortan cabezas o ellas, familiarizadas con la sangre –aparece la palabra menstruación en más de un cuento, woalá, término desterrado cuando en sí podría encerrar todo el misterio de la vida, o no,  no es necesario el truco, sí lo sencillo en forma de lo cotidiano y habitual para la mitad de la humanidad, y tan extraña su mención, sin embargo.- como decía, si ellas, familiarizadas con los modos de la sangre, utilizaran el desespanto a su favor. Y la forma de contar, la de Carter, ajustada a la transgresión y propiciando una buena lectura: se disfruta lo contado pero en muchas ocasiones deslumbra el cómo se cuenta. Y otra vez mordiéndome nudillos: mamá, yo quiero ser escritora –y no es tiempo pero quería, de verdad que quería. Y la envidia, qué envidia.

La sospecha de Friedrich Durrenmatt.-.  Lástima, no es de sus mejores obras y se me queda entre los dedos el mecanismo forzado de su final o el trazado de unos personajes inacabados.  Las trabas morales y filosóficas de la humanidad vistas por Durremannt  ahí siguen, la maldad y la justicia, la venganza, pero no en el armazón al que me tenía acostumbrada el autor.

Ada Salas y mi deseo de retomar la poesía. Desde que murió S, y hace ya cinco años –  me cuesta creerlo aunque la evidencia se empeñe-,  sigo sin entrar en el mundo de los versos con la facilidad de antaño.  Nunca entenderé la razón pero ahí está el hecho. Algo parecido sucede con la muerte aunque la razón y el hecho en este caso me resulten los mismos. La clave debe estar en algo de este galimatías que me llevo y traigo con la vida y sus descuidos.

Disparatario, será el primer libro de versos de la primera Feria en la vida de L. El percentil de las palabras y el ritmo de un idioma también se alimenta. Él crece en sonrisas y este libro le hará reír a carcajadas en un futuro. -También: más vale irle cuajando en el absurdo-.

Y quedan dos libros, de esos iré contando, de merecer la pena, cuando llegue a ellos. De momento cayeron en la saca con gusto. -El gusto es mío- sí, ya, lo sabemos- Zweig en su versión autobiográfica y a buen seguro que por sí mismo merecerá una reseña. Y Stoner de John Williams del que tanto he leído pero no sé si acabará por decepcionarme, las unanimidades suelen hacerlo. Qué costumbre más tonta la mía.




Recomendaciones al margen: Louie, serie estadounidense. Su humor no es puñetero, es corrosivo. Abtenerse alérgicos a la incomodidad de las posturas. Y de las costuras, esas también o sobre todo.

El último disco de Ben Harper, grabado al alimón con su madre, Childhood home. Así suenan la nostalgia y una infancia ajena. Lleva dos semanas tarareándome los días y los trayectos.

La Feria ha iniciado el verano y la aparición de petirrojos que tienden a cruzarse en nuestro camino, los pájaros recién llegados que aún no desconfian de nosotros. Allá vamos.


12 comentarios:

El peletero dijo...

Pues es una estupenda batería de buena lectura. Yo solamente he leído a Stefan Zweig, una maravilla, una dulzura sin traicionar la verdad y una verdad sin resentimientos. Hay muchos que se enfadan con el mundo, que son ásperos y agrios, y otros, los lectores, que interpretan esa severidad y acritud como un requisito fundamental para contar la verdad. Zweig no lo necesita, solamente se entristece tan profundamente que no puede evitar pegarse un tiro.

El viernes me compré “De París a Monastir” de Agustí Calvet, alias Gaziel. Sus crónicas sobre la España que alumbró la guerra y la guerra misma son tan esclarecedoras que casi sirven para hoy.

Pero este libro habla de otras cosas, en realidad es un libro de viajes y, igual que el retrato es el gran género de la pintura, el viaje lo es de la literatura. Bueno, perdón, pido disculpas, no quiero molestar a nadie si es que alguien cree todo lo contrario o simplemente odia viajar, sólo es mi modesta opinión, nada más.

“Si yo te introdujera sin preparación alguna, curioso lector, en el caos de confusión, de luchas políticas, de pasiones desbordadas y de sacrificios sangrientos en que estuvo convertida la región balcánica al finalizar el año 1915, quizá te aturdirías y te sería molesto recorrer a solas el torbellino de impresiones que ofrezco al vaciar, ante tus ojos, mi repleto carnet de viaje.

Partiendo de París, en octubre de 1915, pasando por Barcelona y a través de toda Italia, salí a explorar la región del oriente balcánico representada por Patras, Megaspileon, Atenas, Salónica y Monastir...”

Parece Stefan Zweig.

Besos a la griega manera.

Darío dijo...

Te estoy envidiando sanamente, porque últimamente compro y compro libros y no puedo leerlos. Me aterra pensar que gasté tanta plata para no usar lo comprado, o mejor, disfrutar. Ciertamente, tu batería parece una sucesión de buen gusto.
Un abrazo.

Magnolio dijo...


Acabo de encargar cuatro títulos de Zweig en la librería.

Me he dado cuenta de que - entre cursos, conocidos que escriben, recomendaciones y reseñas (el de las chicas sangrientas lo tenía en la lista) - sólo leo lo que "debo", pero ayer, buscando una cita, retomé uno de Zweig y de puro gusto me quedé pegada a él.

Así que mando los "deberes" a paseo y me voy a la cama todo el verano con Zweig!!!

Licantropunk dijo...

Leí hace muchos, muchos años, un libro de Ángela Carter llamado "Héroes y villanos", pero pienso que esta escritora falleció hace muchos años así que el que mencionas debe ser antiguo, ¿no? Y ya que ando pedante, de Friedrich Durrenmatt no puedo dejar de recordar "La promesa", la novela hermana de la película "El cebo" de Ladislao Vajda. Y me parece estupendo que a estos dos se los siga editando.
Saludos.

Marga dijo...

Peletero, estoy contigo, Zweig es una maravilla. Su forma de contar un mundo que desaparece es tan clarificadora y con una prosa tan bella y nostálgica que le convierte en uno de los mejores escritores del S.XX.

Yo no siempre estoy de acuerdo con sus opiniones, recuerdo las peleas que me traje con él y su biografía de Maria Antonieta, pero aún en desacuerdo sé que no dejan de ser matices y que estos tienen su razón de ser en él.

Desconozco al autor que mencionas, seguro que ni siquiera estará traducido. A veces me desespera conocer tan poco de la literatura catalana, gallega o vasca que no llega a traducirse o simplemente la que no llega en reseñas. Que esa es otra.

En cuanto a lo de la literatura de viajes no es de mis preferidas. Cuestión de gustos, imagino. Aunque haya autores con los que disfruto, autores a los que llegué gracias a Jorge, él sí es un fanático de ese género. Bruce Chatwin es mi preferido, sin duda, qué tipo más extravagante, polifacético e interesante… ¿lo conoces?

Besos centroeuropeos.


Darío, a mí me sucede lo mismo en ocasiones, va por rachas. Pero normalmente es mayor la pila que tengo de libros esperando que el tiempo para leerlos, jajaja. Y sí, el dinero gastado, ufff. Por eso también tiro mucho de biblioteca que no están las cosas para...
Abrazo!

Marga dijo...

Magnolio, haces bien, reina mía, ya está bien de tanta imposición y tarea!! vivan la anarquía y la libre elección!! viva el libre albedrío!!! (y ya, que me subo arriba y se me va la pinza, jajaja).

Me contarás luego del que más te guste?

Besos (con un correo a medias, palabrita)



Licantropunk, ajá, piensas bien. Es un libro de los 60 ó 70 pero reeditado ahora por Sexto Piso. Una editorial que está haciendo cosas majas y que seguro te gustaría porque ilustran en muchas ocasiones las historias. Este en concreto está ilustrado por una autora chilena y es un buen complemento.
Y yo no conocía a la Carter pero pienso remediarlo después de leerla.
Buscaré "La promesa", me suena haberla leído hace tiempo pero me has picado la curiosidad... mi memoria de pez es lo que tiene.

Y sí es una maravilla que se siga editando a autores tan válidos. No todo van a ser Grey y costuras entre no sé qué. O memorias de politicuchos o infames televisivos. Digo yo, ¿verdad?.

Saludos

El peletero dijo...

Apreciada Marga, si no es molestia para usted lea el enlace de la Wikipedia sobre Gaziel que le adjunto, uno de los grandes periodistas catalanes que escribió mucho y bien en castellano.

http://es.wikipedia.org/wiki/Gaziel

Este libro que le mencionaba está, precisamente, escrito en castellano como así, ya le digo, mucha de su obra. Y puede encontrarlo recién editado en cualquier librería.

http://www.librosdelasteroide.com/-de-paris-a-monastir

Gaziel fue y es uno de los grandes referentes del periodismo español. Cualquiera que desee estudiar periodismo debe o debería conocerlo.

Igual que Josep Pla, que también fue un gran periodista. Siempre me han gustado estos escritores que no lo han sido directamente, que no se han sentado en una mesa y han dicho: voy a escribir un libro. Existe también esa literatura que no es consecuencia, valga la expresión, de la literatura misma.

Sí, conozco a Chatwin y su Patagonia.

Besos catalanes.

Marga dijo...

Gracias, peletero! miraré el enlace y buscaré sus libros para ojearlos...

A Pla sí le he leído, hace años. Todo un señor aunque a veces me rechinara un poco (también me pasaba con Baroja o Galdós: su edad y la mía, ays, la juventud qué osada). Lo que me recuerda que algún día debería volver a él. Tanto de todo y tan poco tiempo, cachis!

Besos con letras

Carmela dijo...

Jo, niña, que buena batería de lectura te has zampado!!! envidia pura, no saco tiempo para mucho. No puedo opinar sobre ellos, pero me gusardo tus indicaciones. Y si, mucho mejor eso que vestirnos de lagarteranas, jajajaja, y mucho menos tragarnos todo el montaje con el que nos bombardean en estos días.

Un beso grande.

Marga dijo...

Carmela, sigo zampando y la digestión es un gusto...

En cuanto a la otra digestión, la de los lagarteranas, pues ya ves, la llevo fatal, qué flatulencias y empachos! jeje

Salud y república!!

TORO SALVAJE dijo...

Gracias por las recomendaciones.
Ahora mismo las tacho de todas las listas... jajajjaja

Louie es genial.
Me encanta.

Besos.

Marga dijo...

Toro, mira que eres puñetero y malvado, brrrrr (pedorreta virtual).

Sabía que tenía que ser de los tuyos, te pega!! jeje

Besos