lunes, 10 de febrero de 2014

Gallinita ciega qué se te ha perdido

No sé, hay días que por días, o serán vidas, una no sabe muy bien qué contar ya que se puede optar por todo -cansado sería- o nada -lo que nos deja al principio y de nuevo nada.

Había pensado empezar por un catálogo de perplejidades a modo de introducción pero en los días, y vidas-  ya dijimos- que corren, se trataría de copar y copar hojas para no llegar a ningún lado. O alcanzaríamos a confundir este blog de misceláneas y onanismos personales dispersos con un blog político, y vaya, tampoco se trata de eso, sólo a rachas de cabreo.

Ayer en la Gran Via nos topamos con una manifestación de mujeres en contra de antediluvianas prohibiciones. El lema que más me llamó: coños armados, coños liberados. Ya, pueden ser unos términos un tanto gruesos, no digo yo que no, pero una -yo misma- empieza a estar harta de opusianos meapilas que piensan que las decisiones de todos pasan por sus crucifijos y para ello basta una ley. Recortar lo que nunca se impuso, o no del todo. Ando siguiendo la polémica para inscribir mi cuerpo en el Registro de la Propiedad, no creo que sirva de mucho, lo sé, lo haría sólo por molestar y porque nunca se sabe del todo en qué lugar saltará el símbolo que propicie la revolución de recortar prepucios salvadores en frio ya nosotras tan calentitas. Y a lo que cada día soy más proclive, sin ánimo de ofender.

Ni de asustar.

Algo después pasamos por el FNAC y me quedo un buen rato ojeando los diarios de Pizarnik, recién editados por Lumen. Sé de sus poemas, sigue siendo de mis poetas preferidas aún hoy, después de tanto tiempo – y días y vidas,  y todo eso- capaz de rasgar con sus palabras la imposibilidad que le lleva de cabeza al silencio y ese tampoco sirve. En realidad a la Pizarnik nada le servirá y acabará suicidándose a los 36 años. Mientras sigo leyendo los dilemas de su ánimo y escritura pienso que llevo una semana de suicidios literarios, una predisposición quizás provocada por este clima caótico e invernal que lleva siendo desde que empezó el año. El viernes terminé Nada se opone a la noche, de Delphine de Vigan. Un libro desasosegante que se asoma a los pasos de la locura y las heridas provocadas,  capaz de infligir en los más cercanos el dolor y el extravio vital. Llevo desde entonces masticando muchos de sus párrafos y en general lo leído, lo adivinado en una existencia y posterior escritura. No sé si valentía o supervivencia, por parte de la escritora, a una madre con esa trayectoria, locura torturante y maltratada. El libro, que podría parecer morboso, que podría, incluso, formar parte de ese gusto por la exhibición narcisista vacua de estos tiempos nuestros (una Nothomb cualquiera que compartió hambres y desordenes adolescentes con esta Delphine de la que desconozco todo antes de leer su libro), se salva de todo ello por una elegancia al contar, y por sus dudas ante el dolor que pueda provocar,  que se provoca a sí misma, descarnado el sentimiento sin sentimentalidad. Ese casi imposible equilibrio, y creo que la autora, aun con malabares, lo logra.
Y es que a veces -siempre,  pienso y me digo a mí misma- no se elige la vida que te toca en suerte, y mucho menos quién y de qué manera marcará tu existencia con su carga. Y hay cargas que deberían ser imposibles, de las que alguien o algo debería defender y hacer desaparecer.

Porque una vida, para ser vida o parecerse al menos, debe estar compuesta por algo más que carbono, oxígeno e hidrógeno. Y aún así nada te lo garantizará. Señor opusiano meapilas.




Hay gente en ocasiones que deseas
que fuera un libro, para así
poder cerrarla con un sonoro y seco
golpe de la mano, sin marcar la página,
y devolverla luego para siempre
al lugar en que por derecho
corresponde:
los mustios anaqueles
de una rancia biblioteca.

Roger Wolfe

Días perdidos en los transportes públicos



18 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Al ministro meapilas hay que inhabilitarlo.
Está chiflado.

Bueno, mejor dicho, a varios ministros meapilas.

Besos.

Carmela dijo...

El tiempo lluvioso y ventoso, desapacible, que tenemos casi desde que empezamos el año (bueno por acá abajo, mejor que por el norte, todo sea dicho), junto a esas lecturas que su merced acaba de leer, puede llevarnos un poquito hacia abajo, eso está claro, pero lo que realmente nos tiene desquiciadas, hartas, agobiadas, malhumoradas y muchas cosas más, que tambien convertirían mi comentario, en una respuesta a una entrada política, es a lo que nos estan llevado, toda esa sarta de ministros incompetentes, liderados por el máximo cretino. Y todo ello adobado con salsa de realeza y sus parientes.

Respiremos, aspiremos aire, de la sierra, la playa o el desierto y tiremos hacía adelante, procurando jorobar todo lo que podamos a la clase política, al nivel que podamos y no desfallezcamos.
Eso es lo que quisiera.

Un beso, Marga, y despotrica todo lo que quieras de la política en tu casa, eso no lo convertirá en un blog político, tienes mucha arte para que desaparezca tu sello inconfundible.

(si, ya se, normalmente dejo dos lineas, pero no sé, ......)

Otro beso

Boris Estebitan dijo...

Me encanta la parte de "Una vida para que sea vida...", hace pensar mucho, el texto final de la metáfora del libro excelente también.

Darío dijo...

Es terrible tener un cuerpo y no poder usarlo a piacere porque hay un crucifijo mirando y censurándote. Lo peor de todo, me parece tragarse que la política, que debe ser un arte para todos, absorba el discurso represor de la iglesia y milite por la causa de los castradores, que son muchos pero no tantos, y mucho menos todos. Un abrazo.

El peletero dijo...

Normalmente, la diferencia entre contar algo o no contar nada estriba en los detalles, en el relleno, en los nombres y apellidos, en la descripción de sus ropas y de sus circunstancias, en la cara de ira o de miedo con la que uno se levanta, desayuna, come, hace su vida cotidiana y se acuesta. El señor Bardem se solidariza con los huelguista de la Coca Cola mientras su esposa protagoniza anuncios para tan importante marca de bebidas. La señora Cristina apareció delante de la prensa y los medios de comunicación el pasado sábado con la sonrisa adecuada y perfecta para una entrevista en alguna televisión importante, lo extraño es que no iba a ninguna entrevista. El señor Trueba ha estado muy simpático al recibir sus Goya, sobre todo con los catalanes, es de agradecer. Pero ha dicho algo inaudito referido a su hermana que es la que ha producido la película que él ha dirigido, ha afirmado que ella se ha atrevido a algo que nadie hace, hipotecar su casa y sus bienes para conseguir un crédito del banco para financiar una película. Una película no sé, pero en el mundo hay miles de millones de personas, grosso modo, que hacen eso todos los días para poder seguir delante de una manera mínimamente decente, hipotecar los zapatos o sandalias con los que se calzan, eso sí, no hacen películas, hacen otras cosas quizás mucho más arriesgadas pero, sin duda, con menos glamour. Hace tiempo que no hablo ni comento ni menciono ni apostillo ni nada de nada con una mujer cuestiones relacionadas con sus coños, lo cual no quiere decir que no tenga una opinión sobre ellos, naturalmente, pero me la callo, me la quedo para mí y, puede estar segura, tengo mis buenas razones, para tener una opinión formada. Al mismo tiempo pido también el mismo trato, creo que es justo. La vida es como los juegos de cartas, un buen jugador de póker es aquel que consigue buenas manos con las cartas que le tocan en suerte, hay excepciones, por supuesto, situaciones extremas tanto de un lado como del otro, claro que sí, pero al final todo se reduce al carácter y a los primeros años de vida. ¿Y el resto?, el resto es relleno, excusas siempre para explicarnos a nosotros mismos porqué hacemos lo que hacemos. El opusiano meapilas lo tiene muy claro, y las de los coños armados, coños liberados, también.

Siempre, cada día, hay cosas que contar, sólo es necesario un poco de relleno, describir el paisaje, si el día es soleado o lluvioso, si las plantas han florecido, si mañana es miércoles o jueves, cosas así, el resto viene solo.

Besos sin excusas, porque sí, porque me da la gana.

Marga dijo...

Toro, si yo te dijera lo que haría con ellos... jeje.
Besote!

Carmela, es eso, tirar hacia adelante sin dejar que nadie, o nada (tal y como están las cosas) nos tumbe)... y a veces es complicado, entre espumarajos y lamentos no sabes muy bien hacia dónde inclinarte.

Dos o veinte, eres libre de hacer lo que te plazca. Y bien que me gusta tu paso por esta cueva, ya lo sabes, sea como sea.
En ese "pero no sé" está encerrado todo lo que yo también quería contar, ays.

Besos todos.

Boris, me alegro y muchas gracias.

Marga dijo...

Darío, sí, si es que la misma historia de siempre. A cuestas con los crucifijos y los preceptos divinos para unos, la falta de elección y el bajar la mirada para los otros. Qué hartura de mundo, coñe!
Un beso!

Peletero, la diferencia entre contar y no contarlo, en mi caso, es el cómo contarlo. Debe ser mi incapacidad de estar calladita, basta con tirar del hilo y sale: espumarajos y lamentos como decía a Carmela.

Cada cual cuenta la feria según le va, recuerdo que decia mi madre (la que me enseñó a no callarme, precursora de mis coños liberados, una señora de armas tomar en tiempos más complicados que estos; como usted decía los primeros años y el carácter, ajá). Y aun así sería simplificar demasiado, no cree? prefiero pensar, y opinar lo diga o no, que tantos días y vidas encima sirvieron para algo más que mis canas y forjaron ideas a medida que miraba.

Asi puedo concluir que la diferencia entre mi mirada y las de los que usted comenta comparada con las de los señores meapilas es mucha, en este caso. En el primer caso (imposturas o errores al margen de cada cual, también míos, claro) son opiniones que buscan convencer o convencerse a sí mismos, bien, pero no hacen más daño que el que cada cual quiera ver en ofensa. Las de los señores meapilas son imposiciones que no buscan convencer, solo prohibir y vencer. Entre esos dos verbos un abismo, toda una postura ante la vida, la muerte y los otros. Y agreden, señor mío, incluso fisicamente como podremos ver si su dios no lo remedia. Y veremos porque ya sucedió no porque yo tenga una bola de cristal, además de mujer, bruja. Podría ser pero no.

No es baladí la diferencia en todo ello.

Besos armados hasta nueva orden.

El peletero dijo...

La diferencia que apunta no es baladí, es cierto, no lo es en absoluto. Los efectos administrativos y legales serán contundentes y lo serán porque mi Dios, querida Marga, no creo que remedie nada, él solamente es una especie de espejo en el que, si quieres, puedes mirarte y ver si es verdad aquello que cuentan, que a una cierta edad tienes la cara que te mereces.

Ya sé que eso del carácter y la infancia es muy simple, pero cada día estoy más convencido de ello. Cada uno tiene su vida, es verdad, cada uno tiene sus cartas y en su carácter está la manera de utilizarlas. Con los años aprendemos, pero cada uno aprende cosas diferentes, llega a conclusiones distintas habiendo tenido, por así decirlo, los mismos maestros. Cada uno actúa también a su manera. Luego hay que buscar porqués, explicaciones que den cuenta de lo que hacemos o dejamos de hacer. Estoy convencido que, de la misma manera que nadie ve aquello que no quiere ver, tampoco nadie puede reconocer aquello que no ha visto antes.

Yo también soy incapaz de estar calladito.

Besos amados, sin “r”.

Marga dijo...

Peletero, eso es, una especie de espejo, y eso que yo no hablaba de su dios, me refería al de los meapilas. Y ahora que lo dice ni siquiera era consciente de que usted lo tuviera o no, la razón es sencilla, aunque no se lo crea a mí la cuestión de dios me importa bien poco, me parece genial que cada cual tenga el suyo o no, que sea compartido o individual, desde los griegos al budismo o a los iluminados del tercer día, es cosa de cada cual. Mi problema nunca ha sido dios, mi problema es la utilizacion de dios convertido en arma arrojadiza para imponer creencias. Y eso es porque las creencias no se sustentan fuera de uno mismo por mucho que me cuenten lo contrario. Porque no hablamos de evidencias, hablamos de fe y la fe no la entiende ni dios (jeje, pobre) salvo que elijas tenerla como pulsión e idea personal. Y ya, no hay más en este tema, nunca lo hubo ni lo habrá. Aunque lleven siglos mascullando cuentos y justificaciones.

Y tal vez deba yo cumplir algunos años más para estar convencida de su convencimiento. De momento no, no me convence. Es posible que uno no pueda re-conocer aquello que no ha visto antes, lo que sí puede hacer, Peletero, es llegar a conocerlo, su intento al menos y en ocasiones el logro. Y para eso basta empeño, ojos abiertos y curiosidad o empatía hacia lo que a uno le rodea. Esfuerzo intelectual, si quiere.

En la mayor parte de los temas, si la emoción no empaña el entendimiento casi todo es posible, asi que a lo mejor se trata de lupas distintas las que barajamos usted y yo en ocasiones.

Sólo en ocasiones, jeje.

Besos molotov (no obstante)

El peletero dijo...

Yo creo, querida Marga, que usted comete un error típico, que es el de confundir las excusa con el motivo, el pretexto con el porqué y, por decirlo así, el dedo con la luna.

La violencia es una bestia autónoma, un arma de poder, un instrumento que legitima propiedades, que, en ocasiones, necesita excusas para actuar, sean religiosas o ateas, nacionalistas o internacionalistas, socialistas o fascistas, absolutistas o democráticas, da igual. Siempre se ha matado por cualquier cosa y siempre han matado gentes de cualquier condición, poderosas y débiles también.

Dice que dios no le importa lo más mínimo, y hace bien, muy bien y mucho mejor es la razón que arguye, la misma que yo: “las creencias no se sustentan fuera de uno mismo por mucho que me cuenten lo contrario”. Así es, exactamente así. Por eso le decía lo que le decía de mi convencimiento, del carácter y de la primera infancia, y por eso digo lo del principio. Tiene también razón cuando concluye: “En la mayor parte de los temas, si la emoción no empaña el entendimiento, casi todo es posible”. ¡Claro!, querida Marga, me da la razón y ese es también el porqué nunca hablo con mujeres de sus coños excepto en circunstancias muy especiales, ya me entiende.

Besos con espoleta.

Marga dijo...

Peletero, dudo que yo confunda nada, no en este caso. Más bien, me temo, que apunto el dedo hacia lunas que usted no contempla o que contempla a su manera. Lo que si es tópico, por recurrente, es confundir ángulos con confusiones ajenas.

En cualquier caso no tiene mucho sentido. Cada cual puede justificar sus creencias e ideas como guste o desee. He escuchado teorías de lo más peregrinas y ya nada me extraña, las suyas entran dentro de las plausibles, al menos, ya sabe que dicen que la fe mueve montañas pero también disparates de calibres considerables. No es el caso, es de agradecer.

Que me permitiera el lujo de uno de mis vaciles, por provocar (y hablar de coños empoderados casi siempre lo logra. Y me divierte qué quiere que le diga. Mucho mas comprobar que no suele fallar) no significa que las emociones nublen mi entendimiento. No en este tema, la ley es infame y las consecuencias para miles de mujeres y sus hijos serán una canallada. No es mi intuición la que habla (ays el sexto sentido, tan femenino, qué cucada), son estudios y datos comprobables.

Y el resto, es marear la perdiz, que diría, de nuevo, mi madre.

Besos y trompas (de falopio, ya ve)



El peletero dijo...

No se moleste conmigo, Marga, yo solamente le estaba dando la razón y pensaba que usted también me la daba a mí, pero ya veo que no exactamente, que no me la da.

Besos míos, naturalmente, no del señor Falopio.

Licantropunk dijo...

Estos asuntos demuestran que la victoria no existe, que cualquier paso adelante es un paso que necesita ser peleado para que no se pierda, que la lucha no cesa nunca. Por un bando y por otro, claro, cada cual defendiendo sus convicciones y haciéndolas ley. Las leyes de unos son el punto de mira de los otros para cuando se produzca la alternancia en el poder. Y así seguiremos este juego insensato para siempre, en educación, en sanidad, en aborto y en todo. Una gran perdida de tiempo y de esfuerzo y de sufrimiento gratuito para los que padecen estas burradas de meapilas.
Saludos.

Marga dijo...

Peletero, no me molesto, en serio, ya he comentado más de una vez que estoy habituada a debatir y me cuesta enfadarme, más allá de la pasión que ponga en la lid, jeje.

Pero no, claro, no le doy la razón entre otras cosas porque usted nada ha dicho del tema. Sigo sin saber después de tantos dimes y diretes qué piensa acerca de la Ley o qué opina del hecho de que las creencias personales puedan legitimarse para aquellos que no las comparten.

Con usted nunca me explico cómo acabamos enredando con el sexo de los ángeles a pesar de mi posicionamiento y la falta del suyo. Quizás debido a ello. Me da.

Un beso mañanero!

Licantropunk, ajá, un sinsentido continuo, es lo que provoca el bipartidismo en una democracia que no termina de creerse a sí misma. Es más como en el patio del cole: los equipos y el tú la llevas, no te parece?

Pelín demencial todo.

Saludos!

El peletero dijo...

Hablamos del sexo de los ángeles porque nos debe gustar, supongo yo, no sé. Pero ya que me pregunta sobre la ley del aborto le diré que creo que es un grave error político, una manera de satisfacer el ala más reaccionaria del partido, de desviar la atención sobre otras cuestiones, y una forma muy característica de Rajoy de eliminar a un rival político. El señor Gallardón ya está, con esa ley, amortizado. Sobre otras cuestiones relacionadas me abstengo de comentar nada, en una ocasión, hablando de ello, me hicieron callar por ser un hombre y manifestarme de una forma muy expresiva que, como tal, no tenía ningún derecho a decir nada de nada sobre ello.

Besos angelicales.

Marga dijo...

Peletero, olvídese de ello, en esta cueva siempre podrá opinar sobre esta u otras cuestiones como le plazca, siendo hombre, pez espada o pájaro carpintero.

Porque yo opino que por esa regla de tres nadie, salvo la mujer y el hombre que se hayan tenido que enfrentar a una situación como la de tener que decidir sobre un aborto pudieran hablar o tendrian derecho a ello. Y menuda tontuna, no? hablar podemos todos, cada cual con mayor o menor acierto, eso sí, pero no creo que el género nos incline a uno u otro lado. Salvo en el caso femenino de tener que decidir y estar sola, una cuestión biológica e imperativa, me temo, que nunca podría darse en el género masculino. Pero nada más.

Y tiene razón, nos debe gustar enredarnos en sexos angelicales, no deja de tener su diversión.

Besos mofletudos

El peletero dijo...

Sobre la libertad que hay en su casa no tengo ninguna duda, querida amiga, por eso comento en ella y por eso me encuentro muy a gusto charlando con usted.

Pero esa, la del aborto, es una cuestión muy sensible y muy delicada y yo soy gato viejo y ya demasiado escaldado a pesar que, como usted ya ha comprobado en otras ocasiones, me va la marcha, pero ahora prefiero callar.

En relación al sexo de los ángeles creo que sí, que nos gusta filosofar, por así decir, y la ley del aborto sería una buena excusa, aunque peligrosa, para ello. No obstante, en este momento, el sexo de los ángeles es el único sexo que soy capaz de practicar y usted ya sabe a qué me refiero.

Besos asexuados, pero con todo el cariño.

Magnolio dijo...


Mira por donde tengo encima de la mesa "Nada se opone a la noche" a la espera de otras dos (tertulias, ya sabes). Hoy la primera, más bien conferencia, sobre "La plaza del diamante". Mira por donde. En realidad es una tri-repetición que no me quiero perder, primero porque volver a oir a la escritora Luisa Etxenike sobre Natalia/Colometa es un gozo y un privilegio que abarca muchos varios y, sobre todo, por el pretexto que supone el repaso de esa obra magistral de Rodoreda en la que de una manera tan femenina* - ¿pueden ser la maternidad y el coño** de otra clase? - pone en voz de su personaje principal, situaciones y sentimientos alucinantes de poner y publicar cuando lo hizo:

"Se me hinchaban las manos, se me hinchaban los tobillos y ya sólo faltaba que me atasen un hilo a la pierna y que me echasen a volar. En el terrado rodeada de viento y de azul tendiendo la ropa o sentada cosiendo, o yendo de acá para allá, era como si me hubieran vaciado de mi misma para llenarme de una cosa muy rara"

Dice Natalia, hablando de una maternidad dolorosa impuesta por ¿Quimet? que le hacía ver las estrellas, cuando llevaba a cabo el anuncio del niño que le iba a hacer después de comer.

De todo eso (y mucho más) habla Mercè Rodoreda amplia, clara y maravillosamente, en su libro publicado en 1962: de maternidades y coños en la posguerra.

Y que aún sigamos con éstas!


*Femenino:"de la, las, mujere, es.
Del individuo que en la reproducción tiene el papel de sostener en sí al ovulo o elemento que ha de ser fecundado, y después de la fecundación, al nuevo ser o a las semillas, suministrándoles el alimento para que crezcan hasta que se separen de él" (acepciones del Maria Moliner)

** Una palabra tambiñen a reivindicar, que se utiliza fatal, despectivamente, lo cual no tiene nada de casual. Tampoco.

Por cierto ¿Dónde dices que está ese Registro de la Propiedad?