miércoles, 29 de mayo de 2013

El canto de una esquina asociada

El ánimo esquinado no es más que constatar que el ser humano nunca decepciona cuando se trata de demostrar que siempre acaba por decepcionar. No sé quién cantaba, tomados de uno en uno, vaya y aún, podría ser posible. Sólo a mí se me ocurre, conociéndote, ya, me dijeron y me dicen, y ahora también me digo. Será que a ratos me desconozco o disfruto al buscarme las vueltas del darme la razón desde el hecho y no desde la idea preconcebida.

Otra constatación, si huiste de las mitificaciones incluso en la adolescencia, edad proclive a error tan común y ni así: nunca conjugues tu tiempo y tus ganas con aquellos que dicen amar por encima de todo cualquier algo, dará igual, lo mismo si se tratara de cosa, animal o persona. Una pasión desbordada no puede por más que volverte idiota a la manera del fanatismo, la inutilidad y banalidad de una idea fija dando vueltas, desocupada y trepadora por la mente.

Desconfía de los que (dicen) amar en exceso. Sin más. Entusiasmo y amor no son equiparables, me digo por consolar. O no, no sólo consuelo, me convence como idea.

En cualquier caso me sirve para volver a Juarroz. Y aquí se queda...

Así como no podemos
sostener mucho tiempo una mirada,
tampoco podemos sostener mucho tiempo la alegría,
la espiral del amor,
la gratuidad del pensamiento,
la tierra en suspensión del cántico.

No podemos ni siquiera sostener mucho tiempo
las proporciones del silencio
cuando algo lo visita.
Y menos todavía
cuando nada lo visita.

El hombre no puede sostener mucho tiempo al hombre,
ni tampoco a lo que no es el hombre.

Y sin embargo puede
soportar el peso inexorable
de lo que no existe.


Roberto Juarroz.




16 comentarios:

Darío dijo...

Como cantaba el gran filósofo español Iglesias allá en los setenta: "Tropecé de nuevo y con la misma piedra..."
Pero Juarroz reafirma la piedra, en tanto y en cuanto nuestra tendencia a mitificar es incurable.
Y ejem... yo no quiero sacarme ese saco...
Un abrazo.

TORO SALVAJE dijo...

Todos se aman a si mismos por encima de todo.

Besos.

Marga dijo...

Dario, no sé piedra pero desde luego china cojonera...
(Traducción allende los mares, por si fuera precisa:
China.- dícese de la piedra pequeña.
Cojonera.- dícese que además de pequeña toca los cojones (testiculos, ya).)
Pues asi, jeje.
Abrazo!

Toro, ya, si ese es el punto de partida en todos nosotros pero... leñe! no se puede amar uno mismo y hacerlo con algo de sensatez y generosidad? Y sí, se puede, creo.
Se me ocurre.

Beso tus mofletes.

radiologia macarena dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El peletero dijo...

Se me olvidó:

http://www.youtube.com/watch?v=TaSo2v_0hY4

Licantropunk dijo...

Amén a tus palabras: así es. Y lo peor es que el que también acaba por decepcionar (o es el primero que lo hace) es uno mismo. Pero no arriesgar por temor a una decepción, eso es la nada, la vida inútil, desperdiciada y mediocre. La pasión idiotiza, sí, pero es mucho peor morirse sin saber lo que es eso.
Saludos.

Marga dijo...

Pues creo que os he inducido a confusión, vaya! si es que no se puede escribir así, sin filtros y sin pensar, cabreada como una mona... ays, jajaja.

No, no me refería a mi pareja ni a ese tipo de amor, tampoco al amor en general. Lo cierto es que me metí en una asociación protectora de animales y he salido escaldada. Y a ese tipo de gente y amor me refería, a esos que dicen amar a los animales por encima de todas las cosas y la mayor parte de las veces lo demuestran: obviando necesidades humanas y haciendo cosas fuera de toda lógica y sentido común, ni os imagináis...

En fin un desastre, y después de algunos meses he llegado a la conclusión de que no es mi sitio. De que nunca lo fue. Y mi cabreo, y mi ambigüedad... sorry!

Sigo...

Marga dijo...

Señor Peletero, en cualquier caso siempre me he preguntado lo mismo que usted y como usted tampoco tengo respuestas generales. Las particulares las tengo claras: la relación con mi pareja me enriquece y aporta y he crecido con ella como con pocas cosas en mi vida. En realidad no hay mucha diferencia con relaciones de otro tipo, salvo algunos matices que la convierten en algo distinto, aunque suene a galimatías. Esa pequeña, pero significativa, diferencia creo que se llama amor y a ver quién es el guapo que lo explica... ufff. Ni los científicos pueden hacerlo, no seré yo quien lo intente. Además, los enamorados tienen el juicio obnubilado y la parte del cerebro donde se activa el sentido crítico, apagado. Que lo vi én un documental... jajaja. Como para fiarse de mí, ni lo intente! jeje

Luego veré el video y le cuento.

Besos pericardio.

Licantropunk, ajá, en eso también estamos de acuerdo, es de rigor que la primera decepción sea la que provenga de nosotros mismos. El ser humano que no lo ve así merece poco la pena, creo yo. Por arrogante y cretino. Infantil como un niño.

Y como ya he dicho, yo hablaba de otro exceso. Un exceso que casi siempre oculta enormes carencias, ya sean de pensamiento o sentimiento. De ambos por lo que he podido comprobar. El sinsentido del fervor al que no consigo llegar, al que nunca he llegado en mi vida, por mucho que lo intente.

Y la pasión... esa es otra cosa, bienvenida sea aunque idiotice! jeje.

Saludos!

Amapola Azzul dijo...

Qué tristeza Dios mío¡¡¡

Besos.

Amapola Azzul dijo...

Bueno la poesía de Juarroz es preciosa , respecto al ser humano...¿habrá que dejar entonces de serlo?

Besos, no es malo el silencio. Besos.

Carmela dijo...

Y yo venía a decirte qué que pasaba, que no escribías, y resulta que esta entrada se me pasó y mira que me gusta Juarroz!!! y leerte, claro!!
Bueno, pues no te riño, me riño a mí misma jajajajajaj
Besos, preciosa.

Marga dijo...

Amapola, pues no sé si habría que dejar de serlo pero a veces descansar una temporadita de ellos no vendría nada mal, al menos a mí! jeje.

Y no, no es malo el silencio.

Carmela, pues ríñete, ea, pero sin pasarte a ver si me vas a coger manía.. jeje.
Y sí, ya sé de nuestro mutuo gusto por este poeta, ummm.

Un beso encantado

Antígona dijo...

“Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.”

Lo cantaba, niña Marga, Paco Ibáñez, es del poema “Palabras para Julia” de José Agustín Goytisolo. Un poema precioso, una canción preciosa, de las que me ponen la carne de gallina cada vez que la escucho.

“…el ser humano nunca decepciona cuando se trata de demostrar que siempre acaba por decepcionar”. Qué gran sentencia, ¡me la apunto pero ya! Aunque, por el momento, no creo que sea cierta, o no del todo, precisamente por aquello del “tomados de uno en uno”, a mí de momento alguno, algunos, aún no me han decepcionado, la posibilidad queda siempre abierta, claro, y esperemos, confiemos, en que siempre lo siga.

¿Amar por encima de todo? Pues así dicho, queda feo, por falso. Si fuéramos ángeles, o dioses, o vete tú a saber qué, que no fuera humano, tira. Pero nosotros… todo amor está sometido a condiciones y ay del que no lo esté. Entonces, como bien dices, te conviertes en fanático, en idiota y, en el más dramático de los casos, en felpudo o punching ball de ése o eso que se dice amar por encima de todo. Lógico que el sentimiento, a veces, se desborde, se exalte y tienda al absoluto. Pero una vez se piensan las cosas con la cabeza, los absolutos se nos caen necesariamente a no ser que uno se haya vuelto idiota.

¿Te puedes creer que no conocía a Juarroz? Y cómo me ha gustado el poema. Me deja pensando en qué será eso que no existe cuyo peso inexorable podemos soportar…

Y a mí que me da que el entusiasmo, cuando se proclama, también tiende a ser falso. Como si en esa necesidad de pronunciarse se revelara su mentira, la voluntad de afirmar un sentimiento que no es tal. O como si sólo hubiera de proclamarse cuando ya se está perdiendo, porque, cuando se vive, no necesita ser dicho. No sé, cosas mías.

Decía otro poeta que “lo más alegre se expresa sólo en la pesadumbre”. Tal vez sea ésa la razón por la que no podemos sostener por mucho tiempo la alegría. Nada sería sin el contraste de la tristeza.

Besos que sí existen, muacks!

Marga dijo...

Antígona, me encantaba esa canción de peque! mucho antes de saber que existia un poeta que lo había escrito como poema. Luego me perdí en los libros de este Goytisolo (mi preferido de los hermanos) pero aun faltaban años, ays. De ahi venía mi recuerdo (difuso ya por la edad, jajaja), gracias!

Y que sepas que existen unos cuantos seres humanos que no me han decepcionado o que si lo han hecho ha sido como si me decepcionara a mí misma: nada del otro mundo, nada que no pudiera pasar por alto, jeje. En algo así no es muy complicado diferenciar entre ese "de uno en uno" y el resto como generalidad.

Y en ese amar por encima de todo... me refería al fervor, lo señalaba anteriormente. Ese fervor dirigido hacia lo que sea o quien sea, que me pone de los nervios porque la gente que lo practica suele tener el sentido común en la punta de los pies y para qué utilizarlo. Y el error fue mío, a quien se le ocurre meterse en una asociación protectora de animales abandonados, ays, a quien se le ocurre siendo como soy yo, jajaja. Por eso hablaba del entusiasmo, Antígona, un entusiasmo moderado y lógico es necesario en estas lides, una motivación, como las ganas de trabajar, imprescindibles. Pero ya, nada más que escape a eso y convierta mi vida en un postulado. Se ve que me falta vocación de misionera o monja. De creer por encima de cualquier otra consideración, cómo me cuesta, ays, jeje.

Jo, de Juarroz te recomiendo cualquier tomo de su Poesía Vertical. Da igual, el que elijas será una maravilla. Y sin nada que ver pero sí, relacionado en su concepción del ser humano, busca las Voces de Antonio Porchia. Una especie de aforismos (aunque a él le molestaban que los llamaran así) que son otra delicia. Y adecuados para estos tiempos nuestros. Te va a gustar su planteamiento vital, el de los dos escritores, me da a mí. "Te pegan" jajajaja. Ya verás.

Yo me conformo ya con una discreta alegría y la tristeza a rachas. Aprendí demasiado de la pena, amiga mía, jeje.

Besos a voces, también.

Ana dijo...

Los seres humanos tenemos una gran capacidad para soportat cosas, hasta lo que no existe , como ese amor que nunca se tuvo, como.la ausencia de quien jamás trapasó nuestra puerta. Besicos.

Magnolio dijo...

"Moriré pasmado". Se lo oí a un sabio anciano hace años y por desgracia ahora me toca a mí.

Pasmada de desconcierto, pasmada de que alguien niegue con sus actos lo que dicen sus palabras, pasmada de que ahora te quiero y luego te odio.

En fin, leeré a Juaroz y Porchia: no cabe la desilusión en quien no conoces.