lunes, 4 de julio de 2011

De intermedios

Juan Muñoz aseguraba que sólo hay dos cosas que no pueden representarse, una es el presente y otra la muerte. La única forma de llegar a ellas es por su ausencia.

Cruel limitación, o no tanto, sólo acertado hueco.






Juan Muñoz llenaba los espacios con sus esculturas y los relatos que éstas sugerían al espectador. Pocas veces he disfrutado tanto al ver una exposición como con aquella que el Reina Sofía montó hace dos años con gran parte de su obra. Este viernes veía un documental sobre el escultor, en la 2, esa cadena que tiene los días contados en cuanto la derecha suba al Olimpo. Basta comprobarlo en las cadenas autonómicas donde gobiernan, la idea de cultura para ellos siempre ha sido algo muy extraño, reniegan de la creatividad que para eso ya estuvo dios y asusta el genio que no tenga carácter divino. La cultura, la que yo considero enriquecedora, debe tener como partida la posibilidad de poner todo patas arriba, y eso no trae cuenta al inmovilismo.


En fin, que me voy por los cerros, para no variar…


Hablaba de Muñoz, una carrera truncada por una muerte inesperada, aunque todas lo sean en cierta manera, súbita cuando contaba 48 años. Edad en la que un artista puede dar la vuelta a todo su mundo creativo, la madurez consigue provocar esas cosas, lo hemos visto otras veces. Es una lástima, no dejaba de pensar.


Me gustó escucharle, hablar con orgullo del oficio de escultor, un oficio ancestral y libre para él. Esa misma libertad de criterio que mostraban sus palabras. Fue un tipo bastante franco y atrevido en sus opiniones artísticas, lo que no gustó demasiado en este país dada la inclinación patria al tenderete cultural.

Su mundo escultórico se apoyaba, y mucho, en su otro yo narrativo- de ahí la innovación de su obra, su significación- por eso me dio la sensación de que sus palabras volaban, rozando más de una vez mi percepción y sorpresa, la misma que sentía ante algunas de sus esculturas. Recuerdo que algunas de ellas producían una inquietud difusa, cierta incomodidad ya fuera por extrañeza o por lo contrario, identificación. Y otras te hacían sonreír abiertamente, humor desinhibido y explorador, como quien levanta una tapa y encuentra lo inesperado pero al mismo tiempo reconocible en la finalidad que el autor quiso expresar. En alguna ocasión él mismo se definió como ilusionista y podría no estar muy desencaminado, al jugar con el espacio, la perspectiva y los personajes insertados en sus coordenadas, transmitía magia, algo que se le escapaba a la mirada más costumbrista pero que se divertía con ella haciéndole partícipe de su truco, intuitivamente, y mostrando un visión distinta.




Otra mirada, una perspectiva que no se nos hubiera ocurrido de no ser por el artista. Pienso que esa, y no otra, debería ser la función del arte, en cualquiera de sus manifestaciones, mostrar una camino diferente pero posible y no ajeno a ojos del que mira. Sin posibilidad de reconocimiento no existe para mí obra, sin identificación difícilmente puedo sentirme conmovida, removida o sorprendida en toda su plenitud.

Sin olvidar, claro está, el enigma que acecha en cada expresión que no sea la propia. En la confluencia de todos eso elementos de forma equilibrada se encuentra, debe encontrarse, la magia al mirar. Y al encontrar.






17 comentarios:

Darío dijo...

Me gusta saber de este escultor que no conocía. Me gusta saber de la importancia de la ausencia en su obra. Es un placer leerte. Es un placer advertir tu consciencia de que la derecha se trae, entre otras cosas, la anulación de todas aquellas expresiones artísticas que ponen a la cultura patas para arriba.
Muchas cosas me gustan.
Un abrazo.

TORO SALVAJE dijo...

Soy un asno (además de Toro).
No había oído hablar de él.

48 años son muy pocos.

Besos.

Licantropunk dijo...

Me gustan estos artistas que juegan con la figura humana y forman un mundo propio, onírico, pero llenándolo de detalle hiperrealista.
Muy bueno, no lo conocía.
Saludos.

Marga dijo...

Cariyú, me gusta que te guste... gracias! jajaja. La soledad y la dificultad de la comunicación eran otras de sus premisas pero era extenderme demasiado...
Un besote!

Toro, todos los somos, a mí también me habló alguien de él y por eso le conocí, de eso va esto del conocer: que nos cuenten! Además como ya he dicho, este país le dió un poco la espalda, era más conocido fuera que aquí aunque eso parecía estar cambiando.
Ays, son nada, Torito...
Besotes, guapo.

Licantropunk, ajá, me sucede igual por eso creo que me gustó tanto. Era bueno, muy bueno, sorprendente e innovador su estilo y pensado para el disfrute del espectador, o eso pensé en la exposición.
Buen día!

Magnolio dijo...

Me entusiasma este hombre. Él, lo que dice, lo que calla cuando dice, su obra, sus palabras, la de sus críticos. Y Cistina, su mujer, claro.

Y tú, lo bien que compartes tu entusiasmo y sobre todo, la curiosidad: si hay alguien que no ha visto sus figuras, sus composicines, su literatura, su teatro... no sabe lo que se pierde.

Y la inquietud, ese diálogo inefable entre el contemplador y la materia que es vista, que parece verte.

Cuore, tenemos que volver a verlo (ese programa de la TVE 2), juntitas.

Carmela dijo...

Me gusta este escultor, sus figuras humanas son impresionantes, hay una que es un grupo de hombres sentados con tambores que me encantó y la de un chico sentado en un tablon es impresionante.
Espero que te equivoques en tu predicción de cuando la derecha suba al poder, pero me temo que no estas muy desacertada.
Un besazo

NoSurrender dijo...

Es curioso, porque el presente y la muerte son las dos únicas cosas que existen y dan explicación a nuestro ser. Y si sólo podemos llegar a ello por la ausencia, y es lo único que existe, exige la representación, claro. Un presente que siempre es un instante que se pierde antes de notarlo, proyectado hacia delante y cargado de pasado. Quizás por eso la quietud de las esculturas, llenas de vida, nos inquietan tanto ¿verdad?

Besos!

Marga dijo...

Magnolio, pues no estaría nada mal, verlo juntas, digo... para cuándo? jajaja. Fue una gozada de documental, me rellenó muchos huecos que tenía acerca de él.
Besotes que van, arbolé!

Carmela, sé las que dices y sí, también a mí me gustaron mucho y la instalación de los chinos sonrientes, esa me encanta... qué extraña sensación producía pasearse entre ellos!
Besote!

Nosurrender, tienes razón, es posible que de ahí venga la inquietud que nos provocan sus esculturas... esa imposibilidad materializada en el gesto y el movimiento o en la actitud de las esculturas... ajá, no es mala conclusión.
Besos nada estáticos!

Manuel dijo...

El arte te permite abrir puertas que estaban cerradas...

Tomás Serrano dijo...

Muy bueno este escultor. Muy bueno.
Por otra parte, ¿no deberíamos ya olvidarnos de estas historias de derecha (e izquierda) y cultura? Yo veo estas esculturas y ni se me pasa por la cabeza si el autor es de derechas, de izquierdas o de nada... ¿Inmovilismo? ¿Qué me dices del "arte" de un cantante como Víctor Manuel? ¿No es carca e inmovilista este tío "de izquierda"? ¿No fue la "derecha" la que dio un programa a Miguelito Bosé? Todo son negocios y amiguetes. Y productoras que producen para las cadenas. ¿Qué habría pasado si Russian Red hubiera elegido la izquierda? ¿Sería mejor "artista"? ¿Ahora ya se puede decir que sus letras son "inmovilistas"?
Que conste que me parecería lamentable que desapareciera la 2 (y Radio 3 y Radio Clásica...) y creo que ahora tiene una de las mejores programaciones que ha tenido nunca.

Marga dijo...

Manuel, estamos de acuerdo... genial por esas puertas!! qué sería de algunos??

Tomás, ufff, ahí va:
Pues no sé, yo es que sigo sin ver eso de “superar” lo de las izquierdas-derechas, se ve que soy cabezota y se ve que soy mayor como para creer que las cosas desaparecen así, sin más… salvo si sirve de algo decir que han desaparecido y a mí me escama esa súbita desaparición y sus sentido, ya ves.

Y no sé la afilación política de Juan Muñoz, y tienes razón, ni me importa a la hora de ver su trabajo, ni el de otros. Pero yo no hablaba de artistas, se me hace difícil hacerlo, Picasso era un señor pintor y era de izquierdas pero también un cabronazo narcisista, o Celan con uno de los libros más rompedores del SXX cojeaba de antisemita y ciertas tendencias e ideas nazis-fascistas, por no hablar de Cela o Vargas Llosa, igual de tibios y que sí que no sino todo lo contrario, pero sus obras están ahí y no seré yo quien las niegue… no, juzgar a los artistas se me da fatal sino es en función de su trabajo y procuro hacerlo y limitarme a ello. Ahora sí, lo que ya no perdono es un mal artista y encima derechón, coñe, hasta ahí podíamos llegar, jeje…

Pero si hablamos de Cultura, así en global y como tendencia o intereses que mueven un tiempo determinado, esa es otra cosa, amigo… esa está mediatizada por demasiadas cosas y claro que en este país ya hemos visto de que cojean algunos izquierdistas (y puntualizo que en mi ideario los socialistas no son de izquierdas, sorry, Tomás), al menos yo ya he visto lo mío… pero si hablo de la derecha y la televisión (y por supuesto la cultura) es porque vivo en una comunidad gobernada por ellos desde hace mucho (ays, demasiado) y sé qué criterios siguen, los he vivido a través de experencias, y basta ver Telemadrid para que te dé un patatús intelectual… y por primera vez en mucho tiempo la televisión (aun estando en un gobierno nefasto- socialista) resulta que es genial, que ponen una programación interesante y arriesgada. Sobre todo esto último, qué gusto! Y permíteme que dude que cuando suban al poder eso no vaya a cambiar… tengo interiorizado ya su estilo en este gobierno madrileño como para no estar acojonada (sorry) y mucho!

Y podría decirte también que en cualquier caso la Cultura tiene un problema mucho mayor y es haberse convertido en un bien de consumo más… pero esa es otra historia que ahora no abordaré que ya te he dado bastante la plasta!! jajaja

Antígona dijo...

Que la muerte no puede representarse es algo que ya había oído antes y de lo que estoy plenamente convencida. Pero que al presente sólo se llega por su ausencia y escapa igualmente a la representación, ¡caray!, esto hay que pensarlo con calma, porque alguna campanilla me ha sonado en la cabeza cuando lo he leído. Y como ya sabes lo que a mí me gusta darle vueltas a la centrifugadora, ya con las primeras líneas de tu post Juan Muñoz se ha ganado todas mis simpatías.

Ver luego las esculturas –que desconocía totalmente, ay, esta ignorancia mía, que nunca se me acaba, y mejor así aunque algunas cosas me da pena que no se hayan cruzado antes por mi camino- y seguir leyendo me ha parecido un viaje fantástico. Porque sí, creo que tus palabras lo retratan perfectamente, tanto en esa extrañeza como en la magia y en la sorpresa que me ha producido, por ejemplo, esa escultura mirándose con tal cercanía en el espejo que pareciéramos nosotros mismos cuando a fuerza de tanto empeño en ver, no tomamos la distancia suficiente y acabamos no viendo nada.

Yo también necesito de ese reconocimiento, de esa identificación. Encontrarme de alguna manera yo misma, o mis emociones, ideas, vivencias, preguntas, en eso que veo. Pero encontrármelo como si fuera nuevo, como si alguien lo hubiera puesto bajo otra bombilla. No sé si tal vez es esa diferencia inicial –la de la forma de expresión no propia- la que luego propicia y permite la identificación que conmueve o remueve. Quizá el encontrarlo en la expresión propia haría que, a fuerza de familiaridad, no encontráramos nada por pasarnos desapercibido. Otra forma de no ver cuando las cosas están demasiado cerca.

Buscaré más cosas de este hombre por la red.

Un beso al encuentro y patas arriba!

DaliaNegra dijo...

Sin la mirada el mundo no existe.
Besos con volumen,lagartija:)***

Marga dijo...

Antígona, sí, a mí me sucedió igual con lo de la imposibilidad de representar el presente, se encendió alguna luz por ahí...
Y en cuanto a la ignorancia pues nos sucede a todos, es imposible conocerlo todo como le decía a Toro, de ahí la importancia del intercambio, de que el conocimiento de otros nos llegue y sea compartido. Y en cualquier caso... conoces una sensación mejor que la de descubrir algo nuevo? sólo por eso merece la pena desconocer, aunque parezca paradójico, ahora que lo pienso, jajaja.
La mirada ajena, ajá, tan necesaria para entendernos y completarnos, aun en la identifición. Sin ella existe la posibilidad de volvernos un agujero negro de cercanía propia e innecesaria por reiterativa...
Besotes cabeza abajo!

Dalia, ajá, estamos de acuerdo. Un beso que va, Soplillo!!

El peletero dijo...

Juan Muñoz tenía razón, por ello lo que se muestra se re-presenta. Sin embargo eso son términos de artista, juegos de palabras y de manos, de ilusionista como el mismo Muñoz se califica y como lo han hecho, muchos otros, antes que él. Los científicos hablan de posición y de momento y Walter Benjamín nos decía que la fotografía inventa la “instantánea” al conseguir fijar el momento y dar una nueva consistencia al presente.

La muerte tampoco se puede representar, pero sí el morir que si no es igual se le parece mucho.

Sin embargo, muchos pintores nos han hablando, y lo siguen haciendo, desde el otro lado de la línea, da igual que sea un artificio, no importa tampoco que sea mentira, los retratos del Fayum son una buena prueba de ello porque en realidad toda la pintura es una mirada muerta y de la muerte. En este sentido Juan Muñoz tenía razón a medias.

Yo no le pido al arte, ni a la “cultura”, que lo ponga todo patas arriba, solamente que, como si fuera un diccionario, lo llene con nuevas palabras. ¿Por qué hay que ponerlo todo patas arriba?

Lo malo de la cultura es que todo el mundo tiene una idea sobre ella que considera la única válida. No obstante, es la que permite, precisamente, ese reconocimiento del que hablas y que la obra de arte no se convierta en algo ajeno, e invisible, a los ojos del que mira. Como esos espejos de Muñoz, recurso iconográfico muy usado en la Historia del Arte, en los que se miran son tanto los personajes como nosotros mismos, un antiguo y perenne anhelo, aunar en una sola cosa vida y representación en la vana pretensión de captar ese presente en el que está encerrada la muerte.

He entrado sin llamar y he visto que la puerta estaba abierta.

Gracias y saludos.

xnem dijo...

48 años no son nada para un artista.

Señor Toro si lo conocía, aunque no lo sabía, en la Barceloneta hay una misteriosa pieza de Juan Muñoz, unos personajes como tentenpiés dentro de una jaula. Creo que fue por la Olimpiada Cultural. Pero siempre ha estado como un rincón, solo la ve quien se acerca a ella.

Gracias señorita marga por su verbo y sus comclusiones. abrazo.

Marga dijo...

Peletero, ajá, claro, los términos de artista siempre tienen mucho de ilusionismo,por eso tienen su aquel y por eso se diferencian de los conceptos científicos, no buscan respuestas absolutas sino sólo elucubrar dejándose llevar. La otra cara de la moneda que complementa el pensamiento del ser humano: sin finalidad salvo la del goce de las pajas mentales, jeje, e intentar entender algo por el camino de la abstracción y de la Belleza… aunque si lo piensas bien tampoco muy alejado del pensamiento puro matemático, no crees? Distintos caminos que al fin y al cabo conducen al mismo sitio: la necesidad del ser humano por circundar el mundo y sus preguntas ante la existencia.

En cuanto a que la muerte no se pueda representar pero sí el morir, ummm ahí ya no puedo darte tanto la razón, mi experiencia me dice que poco tienen que ver, morir se conjuga (antes, mientras, después) y es susceptible de ser representada, y por tanto pensada, pero la muerte es líneal y sólo ausencia. Dura y absoluta,imposible imagen, ni siquiera para el pensamiento por mucho que nos digamos que sí. Al menos a mí sigue sin caberme y lo he intentado, eh? y de haber tenido oportunidades para hacerlo, a mi pesar.

¿Por qué hay que ponerlo todo patas arriba? Porque creo que hablamos de lo mismo pero con distintas expresiones: porque para renovar (que es de lo que tú hablas, creo) es necesario superar, remover y por tanto voltear. No hablaba de poner patas arriba como expresión subversiva (que puede ser en ocasiones), no como necesidad pero sí como posibilidad. Creo que la Cultura debe estar abierta, cuantos menos condicionantes tenga, salvo el de la propia capacidad de creación del artista, mejor y más sana. Y entre ellos incluyo gran parte de los cortapisas morales, religiosos y sociales a los que tan dados son los conservadurismos...

En cuanto a la opinión de la cultura, no es mi caso, te aseguro. Leía el otro día que a medida que pasa el tiempo tengo más preguntas que respuestas, es más, tengo más extrañezas aún que preguntas… pues eso, me temo que nanay de validez. Pero como bien dices se trata de una opinión, nada determinante pues y para colmo poco meditada, a vuelapluma y más provocada por mi cabreo con la situación actual política que con una reflexión real. Por ejemplo, y como comentaba por arriba, me parece que lo más dañino que ha sucedido en siglos con respecto a ella es el conseguir definirla como un bien de consumo más, convertida ya, o al menos en vías de, en un parque temático, presurosa, de usar y tirar, nada de digerir y sí deglutir. La antítesis de lo que debe ser la contemplación del arte, no crees? Esa sería una opinión de la Cultura más dirigida a ser elaborada y no a expresar mi cabreo, jeje.

Y sí, los espejos, elemento inconográfico tan usado, y capaces, también, de aunar nuestra extrañeza acerca de la vida y no sólo de la muerte, que es lo mismo pero no es igual, como diría el poeta.

Por supuesto, has hecho bien en entrar sin llamar. Tus reflexiones son muy bienvenidas en esta cueva… gracias por la "batidora".

Xnem, he visto esa escultura... tienes razón, no la recordaba.
Y de ná, resalao! besos, pirata!