martes, 10 de mayo de 2011

¿Me alcanzas esos versos?




Bien pensado, es posible que Platón
no sea responsable de la historia:
delegamos con gusto, por miedo o por pereza,
lo que más nos importa.
Chantal Maillard




Ella – la poeta Chantal- habituada a los conjuros en sus poemas, que habla de fuegos y corazones oblicuos, que aprendió a crecer de la nada y no fiarse de las palabras, ni de sí misma, ni de ti, bueno, de ti sí, de tus ojos que reflejan las estancias por donde van nuestros pasos, aunque a ti no te conociera, ni hablara propiamente de ti, pero para eso estoy yo, para hacerlo, y confundir, de nuevo -ya, ya sé, no tengo remedio, amor- lo leído y lo vivido. Puedo jugar a ser ella, ¿por qué no? De momento nadie dijo lo contrario y estas son mis palabras, mi lienzo en blanco, la conciencia de la tarde, esta tarde que no encoge, los versos condensados en los cristales y yo los transcribo, del cristal al papel procurando no torcer su significado.


¿Ves?
Qué buen truco -me dirás- como todos los tuyos, bruja.


Esta tarde me quedo con esos versos. Pobre Platón, tampoco él es responsable de nuestra historia. Por eso hoy caigo en la cuenta: estamos obviando el ritmo de esta primavera. De sus pájaros abandonados. Aunque a veces nos salven los gorriones descarados que rebuscan entre nuestros pies los restos de migas que vamos dejando. Esos gorriones se nos parecen, ¿no lo has pensado nunca? O el vuelo loco de los vencejos en las últimas horas de la tarde, aturullados y confusos persiguiendo la comida.
Pero echo de menos los petirrojos que tienen por costumbre cruzarse en nuestro camino, pacientemente esperan a que lleguemos, lo sabes, no miento, y deben pensar que ya nos retrasamos. O buscar, en la tibieza más retirada del parque, donde no alcanzan los niños por temor a las sombras que forman los troncos y las hojas enredadas, al ruiseñor y su gorjeo. El silencio necesario entre su canto y tu abrazo, la octava perfecta. O el color de los verdecillos asomando, tan pequeños que hasta mi puño podría contenerlos como un membrillo fresco y temblón su tacto.

Pero aun sin primavera, aunque hoy no hubiera llegado porque tuviera los pies cansados, o las cebollas la hubieran hecho llorar, o cualquiera sabe, con tendencia a perderse en los balcones del invierno…


Tu mirada -sobre mí y el tiempo- plumón de todos los pájaros.




Fotografía de J.G. Mora





14 comentarios:

Darío dijo...

Todo es tan hermoso. Chantal no deja de conmoverme, aunque por acá los libros no se consigan. Los leo en pequeñas dosis en algunos blogs.
Y vos, ese dejo de melancolía, que lindo escribís.
Un abrazo.

TORO SALVAJE dijo...

No he leído nada de ella.
Buscaré.
Platón si nos viera se volvía a morir.

Besos.

Licantropunk dijo...

Platón es responsable, lo que no quiere decir culpable. Si Platón, tantos milenios después, supiera que hoy tú te acordaste de él... ¿no sonreiría?
Saludos.

Marga dijo...

Cariyú, pues es una lástima que no puedas encontrar sus libros por allá. Sus poemas son muy buenos (me lo parecen) y algunos de sus ensayos sobre arte son dignos de leer. Una tía completita...
Y gracias, resalaó!
Un besote.

Toro, echa un vistazo a sus poemas y me cuentas.
A Platón le daría un patatús... jajaja.
Besos!

Licantropunk, como la sonrisa que me salió a mí al leerte y pensar en esa posibilidad, jajaja.
Saludos que van.

Carmela dijo...

Chantal una maravilla, siempre.
Tienes razón con los gorriones, son bastante descarados. Y tus palabras tan encantadoras como esos versos condensads en los cristales.
Y platón?, pues yo creo que ni tiene ni deja de tener culpa. Cumplió su papel en la hsitoria.Y la historia la hacemos los que vamos detrás.
Un beso Marga, un placer leerte siempre.

silvia zappia dijo...

como mi amigo Curiyú, lamento que por estos sures no se consigan los libros de esta poeta.

afortunadamente, tenemos tus letras, conmovedoras, sutiles.

mil besos*

silvia zappia dijo...

blogger borró mi comentario...

como mi amigo Curiyú, te digo que es una pena que por aquí no se consigan los libros de Chantal.

pero te leo, leo tu escritura exquisita.

besos,Marga*

NoSurrender dijo...

No, claro que Platón no tiene la culpa. Debería volver y explicar a todos los cristianos muchas cosas. ¿Pero quién es dueño de los que hablan por uno mismo?

Besos!

Marga dijo...

Yo también puse un comentario y me lo borró... esto de blogger está como las maracas de Machín...

Cariyú, te contaba que de Chantal existen también sus escritos acerca del Arte que no tienen desperdicio. Me gusta el pensamiento de esta mujer y por supuesto como lo expresa... Es una pena que no llegue por allá. Esto de la globalización sirve para todo menos para lo necesario y bueno... no crees? jajaja
Gracias, resalaó! un beso.

Toro, prueba y me cuentas... a Platon le daría más de un patatús, sí.
Un abrazo te va, compi.

Licantropunk, sonreiría tanto como yo al leerte y pensar en esa posibilidad, jajaja.
Saludo!

Rayuela, te digo lo que a él, es una lástima...
Gracias, preciosa.
Besos que vuelan.

Nosurrender, pobre hombre, total, si nadie le iba a escuchar... un extraterrestre se sentiría.
un besote!

Carmela dijo...

Jo!! mi comentario también se borro.
Te contaba, más o menos, que estoy de acuerdo con lo que dices de los gorriones y que coincidía con Curiyú en el olor a meláncolía que destilan tus palabras.
Enfine bloger se lo trago, pero que me encanta leerte y creo que lo sabes

Un besote

DaliaNegra dijo...

Tus letras,un bello vuelo,lagartija.¿las lagartijas tienen alas? sospecho que sí ;))
Y el poema es hermoso, y tan certero...porque cada vez delegamos más el rumbo, en manos de los poderosos, en manos de los ¿astrólogos? profetas y otras especies.
Pro tú sigue, acunando membrillos temblones en la mano y nos lo cuentas,eso da esperanza.Besos***

Antígona dijo...

Aterricé durante una temporada por un blog que congregaba fanáticos de Chantal y acabé tomándole una manía a la señora, sin haber leído prácticamente nada de ella, que ni te cuento. No por ella, claro, pobre, pero todas las palabras que se destilaban a su alrededor –mejor no utilizar adjetivos por si acaso- acabaron generándome tan malas vibraciones que a mis ojos su atractivo feneció por mero contagio. Ahora llega de tu mano, de la que me fío muy mucho, el remedio para este no tan raro suceso. Así que, ¡interés resucitado!

Lleva razón NoSurrender, no fue Platón el culpable, ni el responsable, ni nada de nada, sino lo mal que lo leyeron los que llegaron después de él en un mundo desolado por la sensación de pérdida. El mundo que no tardaría en querer aliviar su angustia hipostasiando desde sus letras otro trasmundo de inmortalidad y salvación, un mundo ilusoriamente verdadero, estable y eterno donde depositar las esperanzas de todos los incapaces de asumir la confusión, el desamparo y la finitud de esta tierra que vemos y tocamos todos los días. ¿Y quién diría que es realmente capaz cuando se le abre la puerta de la esperanza, por engañosa que ésta sea? Así que fuera o no Platón el responsable, Chantal tiene razón: delegamos con gusto, sobre todo por miedo, lo que más nos importa y sobre todo, lo que más debiera importarnos para hacer una fiesta de la confusión, para protegernos unos a otros del desamparo, para disfrutar de cada minuto sobre esta tierra dado que un día cualquiera ya no estaremos en ella.

Me veo como esos vencejos, aturullados y confusos buscando comida, nosotros la comida diaria y también tantas y tantas cosas. O como esos gorriones descarados, aunque ya nos valdría en estos tiempos serlo un poquito más con ciertas cosas.

Sea como fuere, nada más acogedor que ese suave y mullido plumón de pájaros.

Besos alzando el vuelo!

Tomás Serrano dijo...

Vengo de comer y, la verdad, no estoy ahora para sumergirme en poesía, pero al menos, he leído y me ha gustado tu forma de escribir... ¡Eso hay que decirlo!

Marga dijo...

Carmela, se borraron algunos, sí, vaya lío!
Y me gusta que te guste, que lo sepas... jeje.
Un beso!

Soplillo!! cuánto ha!! liada mía...
Y no sé si las lagartijas tienen alas, ojalá porque algunas veces dan ganas de volar, verdad? jajaja.
Habrá que coger el rumbo, de nuevo, estoy contigo. A no olvidar sus palabras.
Besos con ganas!

Antígona, te entiendo!! la persona que me dió a conocer a la Maillard era un pedante de aupa y no veas que cansino!! jajaja, pero cuando decidí leer sus palabras y no las que otros ponían en ellas, descubrí a una poeta que me gustaba y que me decía algo interesante... a veces pasa y no sabemos qué caminos nos traerán lo válido. Yo te diría que al menos lo intentaras... pero si tras hacerlo te sigue dando mala espina... a otra cosa mariposa! ya sabes que los gustos son raros y muy suyos, jeje. Y nadie imprescindible, por mucho que nos vendan.
Y tienes razón, Platón, como muchos otros, fue interpretado de aquella manera, intereses oscuros lo quisieron así, los mismos que aprendieron a explotar el miedo y la esperanza... pero ya sabes que me inclino por aquellos que asumen la confusión y el miedo antes que la esperanza ilusoria, jajaja, por eso creo que nos leemos tan bien, tú y yo...
Y deberíamos, ahora que lo dices, parecernos más a los gorriones que a los vencejos pero no es fácil aunque a lo mejor si ponemos algo de empeño... quién sabe?

Besos mullidos!

Tomás, sí, mejor, tras una buena comida lo más recomendable es una siesta y no un poema, vivedios!! mira que eres... échate ya!!jajaja
un beso.